Hechos, no palabras

SEÑOR DIRECTOR:
Hace unos días, desde Colchane, el Presidente “endureció” su discurso en materia migratoria, señalando que su prioridad está en proteger la frontera para asegurar una migración regular, segura y ordenada. No obstante, en octubre de 2022, el Mandatario ya había enviado un “duro” mensaje a los extranjeros irregulares. ¿De qué sirve volver a endurecer el tono si en la práctica nada se hace?
La inoperancia del gobierno ante esta crisis se refleja en los casi 54 mil ingresos clandestinos en 2022, que contrastan fuertemente con las 707 expulsiones judiciales y 24 administrativas realizadas entre abril y diciembre, y se refleja en que hoy no existan directores regionales de Migraciones en las regiones de Tarapacá, Antofagasta y Atacama, zonas que han sido tremendamente golpeadas por esta crisis migratoria, de seguridad y criminalidad; se refleja también en que hoy no existan urgencias en los proyectos que buscan modificar la Ley de Migraciones, y en la constante negativa a decretar un estado de excepción para la zona norte del país.
Los chilenos necesitan sentirse seguros y resguardados, pero para ello se requieren más acciones que palabras; urgen señales firmes y claras -como bien señaló el Presidente-, pero que no vengan luego llenas de contradicciones y volteretas.
María Ignacia Navarro
Fundación Jaime Guzmán
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