Henry Kissinger

FILE PHOTO: Kissinger addresses House Committee on International Relations about the Middle East peace process.


SEÑOR DIRECTOR:

Pocas personas pueden atribuirse el grado de influencia en política exterior que tuvo Henry Kissinger, primero como asesor de seguridad nacional y luego como secretario de Estado durante la Presidencia de Richard Nixon. Figura perspicaz y de análisis agudo, tuvo un rol clave durante la Guerra Fría, haciendo que, hasta hoy, podamos escuchar la resonancia que sus decisiones causaron en el mundo.

Kissinger nació en 1923 en Fürth, Alemania, poco tiempo antes de que Hitler saliera de la cárcel de Landsberg. Con el ascenso nazi, la familia Kissinger escapa hacia Estados Unidos en 1938 (donde Heinz cambia su nombre a Henry), y donde el futuro diplomático obtendrá un doctorado en Ciencia Política en la Universidad de Harvard, cimentando así el comienzo de lo que sería una larga carrera por el complejo laberinto del poder político estadounidense.

Su aproximación a la política exterior puede resumirse en una palabra que posiblemente recoge de su natal Alemania: realpolitik. La política, para Kissinger, es una lucha despiadada por el poder, donde la protección (y ampliación) de los intereses del Estado obligan al aislamiento de consideraciones normativas, y donde la aproximación de los tomadores de decisión debe ser pragmática y acomodaticia.

Con ese marco, no solo restaurará relaciones con la China de Mao y equilibrará con dificultad la relación con la Unión Soviética, sino que estará detrás de la estrategia de bombardeo masivo a Camboya, en el contexto de la guerra de Vietnam, y de la sugerencia que Estados Unidos debía intervenir en Chile luego de la elección de Allende. El premio Nobel que recibe en 1973 por encabezar los Acuerdos de París, es para sus críticos la mayor de las hipocresías y, para sus seguidores, el reconocimiento de su talento como arquitecto político global.

Su impacto en la política internacional no puede subestimarse, pero su legado seguirá siendo objeto de controversia, algo que , después de su muerte, quizás podremos empezar a consensuar.

Guido Larson Bosco

Facultad de Gobierno

Universidad del Desarrollo