SEÑOR DIRECTOR:
En Chile, con la brusca caída de la natalidad y con una tasa de fecundidad (número de hijos por mujer en edad fértil) de 1,17, similar a la de China que es 1,18, más del 60% de las familias tienen un hijo único. Las consecuencias son múltiples. En China, además del envejecimiento acelerado de la población, cambió la cultura familiar por ser matrimonios de dos hijos únicos los que deben hacerse cargo de cuatro padres envejecidos.
En Chile, con los datos actuales del Mapa Nutricional de Junaeb, uno de cada cuatro escolares está obeso (25%) y de ellos, un tercio (6 a 8%) está con obesidad severa. Además, la obesidad se está desplazando hacia la adolescencia y edad adulta. En pocos años los actuales niños obesos, especialmente los severos, van a tener complicaciones médicas como hipertensión arterial, resistencia a la insulina o diabetes 2, hiperlipidemias, hígado graso, trastornos de la movilidad y deberán están en control y tratamiento en el sistema público o privado.
En nuestro caso, a diferencia de los chinos en que dos hijos únicos deben responder por cuatro adultos mayores, en Chile los padres van a tener que cuidar al hijo único enfermo hasta que sea adulto y pueda hacerse cargo de su enfermedad.
Fernando Vio del Río
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