IFE: dignidad y emergencia
SEÑOR DIRECTOR
Como “insuficiente por no alcanzar estándares de una vida digna” ha calificado la oposición el proyecto del gobierno que entrega un ingreso familiar de emergencia (IFE) a quienes trabajan en la informalidad. A pesar de la aprobación final del veto, las críticas continuaron, aun cuando esta iniciativa beneficia a cerca de 1,7 millones de familias y 4,5 millones de personas.
Pero, ¿qué se entiende por suficiencia? El IFE no es la única herramienta que se ha propuesto para enfrentar la crisis, sumándose a otras medidas que van en auxilio de trabajadores dependientes, independientes y Pymes. Además, el beneficio representa una cantidad inédita en materia de transferencias directas (US$ 800 millones) y su monto es superior a cualquier otro bono que se haya entregado antes. Asimismo, cabe recordar que desconocemos la evolución de la crisis y qué necesidades puedan surgir en el futuro. Los cerca de US$ 2.000 millones comprometidos por el Ejecutivo irán en beneficio de las personas, ya sea ampliando el monto de los actuales beneficios o creando otros (para reactivar el empleo, por ejemplo), lo cual se evaluará con criterio de flexibilidad.
De esta forma, no parece prudente quemar todas las naves al inicio de la batalla. Es evidente que este ingreso no logrará paliar todos los efectos económicos de la crisis en las familias, pero los recursos son limitados. Es de esperar que quienes proponían gastar todos los recursos ahora estén disponibles a aprobar las nuevas medidas que se propongan en el futuro, las que se podrán hacer precisamente por no haber gastado todo en el IFE.
Ignacio Rodríguez
Asesor legislativoFundación Jaime Guzmán
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