Imagen del Ministerio Público

SEÑOR DIRECTOR:

Ha concluido la disputa entre el Fiscal Nacional Abott y el Fiscal Regional Arias con una resolución de la Corte Suprema. Esta disputa se había originado formalmente a propósito de otra acusación del fiscal Moya contra su jefe Arias, después de que el primero fuera cuestionado por varias irregularidades.

Desde el punto de vista de la imagen del Ministerio Publico, el resultado de la pelea ha sido lamentable. A pesar de que la Corte Suprema parece estimar que Arias no ha cometido faltas graves, queda la percepción de una institución dividida, donde los personalismos se descontrolan fácilmente.

Este cuadro es un buen ejemplo de la crisis de las instituciones. El público tiene la percepción que la élites que las manejan están focalizadas en sus intereses personales, en este caso en disputas derivadas de la vanidad, de la incompetencia o del afán de poder.

El Fiscal Nacional ha manifestado su disposición a deponer todo afán de reivindicación personal en favor del interés institucional, en una actitud muy apropiada que esperamos se concrete en la práctica. El fiscal Arias en cambio se ha mostrado menos dispuesto a deponer sus querellas tan fácilmente; esperemos que cambie su actitud lo antes posible.

En las actuales circunstancias, las élites institucionales, las del Ministerio Publico, pero también las demás, deben demostrar su total compromiso con el interés público. La comunidad tiene cero tolerancia para disputas menores entre personas que trabajan rodeadas de privilegios y que deben dedicarse por entero a sus tareas.

Si es necesario sacrificar su ego, ser desplazado de algún protagonismo o sufrir alguna humillación menor, que así sea; no hay espacio para otra cosa y el que no esté dispuesto que se retire.

Cristián Riego

Profesor UDP