Imitar lo bueno
SEÑOR DIRECTOR:
Con Donald Trump ya en el poder, hemos estado viviendo días de barbarie y deshumanización. La crimigración -proceso de estigmatización de las personas migrantes y de supresión de derechos de ciudadanía- ha alcanzado un punto alto, y muchos no dudan en aplaudir estas medidas norteamericanas, ligando en sus discursos migración y delincuencia sin pruebas, pero también sin dudas.
Lamentablemente, políticos de nuestro país no han dudado en aprovechar el pánico para alarmar sobre una posible -y falsa- migración masiva a Chile, o para presionar a las autoridades a ejercer medidas similares.
Lo que estas personas olvidan es que nuestros mandatarios, del sector político que sean, respetan el estado de derecho. En Chile, ningún Presidente democráticamente elegido puede desconocer la Constitución o los tratados internacionales, o saltarse las garantías de un debido proceso.
Hacemos un llamado a imitar lo bueno, y a desechar discursos, políticas y medidas inhumanas y contrarias a derecho, sobre todo mirando las experiencias comparadas y advirtiendo que, en un contexto de migración forzada como ocurre en nuestro continente, la expulsión ilegal o colectiva, la mantención en irregularidad y la negación de derechos no frena los ingresos por pasos no habilitados, sino que contribuye a la irregularidad migratoria y laboral, a la vulnerabilidad social y a la inseguridad, transgrediendo al mismo tiempo la dignidad y los derechos humanos de las personas afectadas.
Francisca Vargas
Directora de la Clínica Jurídica de Migrantes y Refugiados UDP
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