SEÑOR DIRECTOR:

En 2025, en Chile, las médicas embarazadas con contrato 22-28 en el sector público -es decir, que tienen jornada diurna y turnos nocturnos- enfrentan una situación inaceptable: por ley, deben trabajar 50 horas semanales en horario diurno.

Mientras el país avanza a jornadas de 40 horas, ellas soportan una carga extenuante que atenta contra su salud, derechos y embarazo.

El problema surge de la interpretación del artículo 202 del Código del Trabajo, que les exime del trabajo nocturno, pero les exige trasladar esas horas al día, lo que genera jornadas desproporcionadas, asociadas a mayor riesgo de parto prematuro.

En 2023, como Colegio Médico, junto con directores de hospitales, pedimos un pronunciamiento de la Contraloría, que en 2024 ratificó dictámenes previos, dejando el problema a criterio de cada autoridad.

Junto con la senadora Ximena Órdenes, presentamos una propuesta de proyecto de ley para corregir esta injusticia. Confiamos en que habrá voluntad parlamentaria para un cambio urgente. No es aceptable que el sistema público, que debe proteger la salud, imponga esta sobrecarga a sus propias funcionarias.

Francisca Crispi

Presidenta del Colegio Médico de Santiago

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