Incidente fronterizo
Por Teodoro Ribera, rector de la Universidad Autónoma de Chile; ex ministro de Relaciones Exteriores
En un incidente calificado como robo con intimidación y tenencia de arma de fuego y municiones, tres militares bolivianos fueron detenidos a comienzos de septiembre por Carabineros cuando retornaban de Chile rumbo a Bolivia. Un episodio que evoca a uno similar en 2011, cuando catorce militares bolivianos fueron sorprendidos en Chile y luego de meses recluidos, fueron expulsados a Bolivia. También, y en el mismo sentido, un incidente con dos carabineros chilenos detenidos en Bolivia, acusados de ingreso ilegal a ese país, los que fueron sin embargo prontamente devueltos a Chile.
El caso de los militares bolivianos recluidos debiese servir para reflexionar sobre el imperativo de la colaboración internacional, orientada a paliar los problemas más acuciantes en la frontera común. En los 860 kilómetros de frontera común entre Chile y Bolivia, en gran parte sobre los 4.000 metros de altura, existen decenas de pasos no habilitados y escasos puestos fronterizos, lo que constituye un campo natural para la proliferación del contrabando a gran escala, que afecta principalmente al Estado Plurinacional de Bolivia.
Por otra parte, informes anotan que el 46% de la cocaína detectada en el mercado chileno proviene de Bolivia, la misma que se utiliza también para pagar el contrabando desde Chile. Bolivia es igualmente hoy el pasadizo de la inmigración ilegal a nuestro país, situación que es creciente. Estas situaciones generan problemas graves y complejos que requieren de acciones efectivas y coordinadas entre ambas policías. El problema es tan peligroso que no se resuelve solo en la frontera, sino que abarcando toda la cadena delictual en ambos países.
Tenemos problemas de narcotráfico e inmigración ilegal, pero hay un dato que debería cambiar la forma de enfrentarlo. No es un tema meramente policial; es hoy una cuestión de Estado por su carácter desestabilizador.
Chile y Bolivia debieran concebir áreas de trabajo bilaterales como políticas de Estado. Un ejemplo es tematizar la frontera como un ámbito de trabajo autónomo e independiente. En la frontera común alternan situaciones como las mencionadas con otras que deben alentarse y promoverse. En el altiplano hay tres ferias fronterizas activas, que constituyen lugares que promueven un antiquísimo intercambio comercial y cultural, de ganado y productos agrícolas. Una práctica que evita a nuestras comunidades altiplánicas largos desplazamientos a las urbes costeras.
El incidente de los militares bolivianos presos en Chile debe resolverse a la brevedad, al tiempo que debe ser el motor que impulse un trabajo más decidido de ambos países de mutuo beneficio. El narcotráfico, el contrabando y la migración ilegal son temas que a ambos estados les conviene abordar y combatir.