SEÑOR DIRECTOR:
En su edición del sábado, Pulso publica que el Estado destina anualmente 600 millones de dólares en subsidios para servicios básicos. Ante ello, parece fundamental encontrar una solución de largo plazo para la estabilización de las tarifas eléctricas, proteger a los sectores vulnerables y no poner en riesgo la competitividad de la industria local.
Los clientes no regulados enfrentamos en 2022 un alza de precios cuando se congelaron las tarifas a los regulados, por lo que uno de los efectos de la propuesta actual es mermar, nuevamente, la capacidad del sector manufacturero. Por cada US$/MWh adicional, la cuenta de electricidad de un cliente industrial medio o de gran tamaño aumenta entre 300 mil y 500 mil US$ por año.
No es exagerado asegurar que se está poniendo en riesgo la disminuida industria nacional. Esto, también porque empresas de diferentes rubros han avanzado hacia la descarbonización de su matriz. El acero verde de AZA tiene una de las huellas de carbono más baja de la industria a nivel mundial gracias al uso de energía eléctrica 100% renovable. Pese a pagar una tarifa que ocupa el séptimo lugar entre las más altas de la región, este esfuerzo lo hacemos con convicción y muchos más también lo hacen.
Si ante cada desajuste se recurre a nosotros, estamos también comprometiendo el futuro del país. Hacemos un llamado a explorar otras fuentes de financiamiento que aborden el desafío desde una mirada multidimensional para que la cura no sea peor que la enfermedad.
Hermann von Mühlenbrock
Gerente General Aceros AZA
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