Innovación curricular: ¿queremos un currículum por competencias?

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SEÑOR DIRECTOR:

La próxima semana termina el proceso de consulta de la innovación curricular propuesta por el gobierno. Sin ser sorprendente, viendo la discusión que llevamos en los últimos años, se trata de una propuesta que propone una estructuración por competencias.

Un modelo curricular por competencias o “tridimensional” como se le llama eufemísticamente en la versión oficial, no es en sí una mala idea, y en el sistema universitario se ha aprendido mucho cómo disminuir sus desventajas. Apunta a qué las personas podamos hacer con el saber. Sin embargo, nuestro problema actual es que, por razones de trayectoria del sistema y otras tensiones contingentes, el saber que hemos acumulado no parece suficiente como para reemplazar su prioridad y pasar “a otra cosa”.

Este desplazamiento de la importancia de conocimientos ocurre no porque se obvien contenidos, sino porque el énfasis curricular se juega en la evaluación (formativa cotidiana pero también la del Simce), y en ella la orientación de los agentes (docentes y estudiantes) a responder a ese foco. Si se observa la propuesta, se ven muchas viñetas incorporando conductas como propósitos, simplificando el contenido a una frase de cuatro palabras dentro de un OA hipercomplejo de 11 líneas.

Resulta esencial discutir si nos consideramos preparados para adoptar este modelo por competencias, pasando por la insoslayable revisión de la evidencia de países que están implementando o abandonando esta modalidad para la enseñanza escolar, como Escocia. La próxima semana se cierra la consulta nacional, por lo que todavía queda tiempo para visibilizar y discutir, de manera más clara de lo que hasta ahora se ha reconocido, si queremos o no un curriculum escolar por competencias en Chile.

Karin Roa Tampe

Escuela de Educación, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de los Andes

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