Instituto Chileno-Japonés


SEÑOR DIRECTOR

El 30 de enero del 2021 el país se conmocionó con el incendio que arrasó con una de las unidades de cuidados intensivos más grandes del país: la del hospital San Borja Arriarán. Algo que pocos recuerdan es que las llamas se llevaron ese día también al Instituto Chileno Japonés (Inchijap), referente nacional en diagnóstico y tratamiento de enfermedades gastrointestinales, especialmente cáncer gástrico, de colon y enfermedades del hígado.

Casi 1 millón 200 mil personas (y miles más derivadas de hospitales regionales) dependían de este centro. Es el equivalente en enfermedades digestivas al Instituto de Neurocirugía o al Hospital del Tórax. Son miles de personas las que dependen de esta institución para el diagnóstico precoz del cáncer, lo que mejora sustancialmente el pronóstico y sobrevida de los enfermos.

Sabemos que estamos en el peor momento de la crisis sanitaria pero también es cierto que para evitar muertes por otras causas es clave salir del “modo pandemia” y hacer todo lo posible por no interrumpir los controles de otras enfermedades, como las digestivas. Recuperar el Instituto Chileno Japonés es clave para esto.

Por eso, llamo al gobierno a recuperar lo antes posible las instalaciones necesarias para que el Inchijap pueda funcionar a plena capacidad. De lo contrario, el incremento de camas críticas resultará en vano. Habremos “desvestido a un santo, para vestir a otro”, haciendo inevitable que a una ola de pacientes fallecidos por Covid-19, la siga una ola de pacientes fallecidos por cáncer.

Juan Carlos Said

Médico internista

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