Inteligencia Artificial como motor industrial

Inteligencia Artificial - mujeres

En un mundo que cada vez se vuelca más a la digitalización, las posibilidades de la Inteligencia Artificial son infinitas y, a diferencia de lo que muchos pueden pensar, su expansión no significa la obsoletización de las personas, sino la creación de entornos más seguros.



CHATBOTS, asistentes digitales como Siri o Alexa, aspiradoras inteligentes, robots de cocina o, simplemente, la publicidad que aparece en redes sociales. Sin darnos cuenta, cada vez interactuamos con mayor frecuencia con diferentes formas de Inteligencia Artificial (IA). Con proyecciones que hablan de inversiones asociadas a esta materia al alza, la IA empieza a tomar un rol relevante en diferentes industrias a nivel global y se vuelve más sofisticada, dando lugar a procesos más flexibles, personalizados y seguros. Dos grandes industrias en nuestro país, como la minería y la agricultura, empiezan a dar pasos en este sentido, lo que lleva a preguntarnos, ¿cómo se vislumbra el futuro de estos sectores con esta tecnología?

En el caso de la minería, uno de los mayores beneficios que la inteligencia artificial presenta es la eficiencia en la extracción de materia prima. Según cifras de la compañía de investigación McKinsey Global Institute, se estima que en 2035 estaremos plenamente instalados en la era de la minería inteligente gracias al análisis de datos y tecnologías autónomas potenciadas por la IA, lo que se traducirá en un ahorro anual de entre US$ 290 billones y US$ 390 billones a nivel global.

Pero, ¿cómo se generará este ahorro? Esto se vincula a la capacidad de la IA para recolectar datos, analizarlos y guiar directrices antes de iniciar la extracción. De esta manera, se puede optimizar la evaluación del terreno, diseñando mejores procedimientos para las faenas y reduciendo la exposición de los trabajadores a situaciones de peligro. Otros beneficios se relacionan a la automatización de vehículos y maquinaria para ser operados remotamente, el monitoreo y localización de trabajadores, además de la implementación de redes rápidas de transmisión de datos que evalúan riesgo e, incluso, evitan problemas de las máquinas antes de que estos se presenten, a través de mecanismos predictivos.

En el caso de la agricultura, se estima que este mercado tenga una tasa de crecimiento anual compuesto de 26,2% entre 2019 y 2024, de acuerdo con Mordor Intelligence. Destacan los avances de la industria china, con tecnologías potenciadas por la IA como drones de monitoreo, softwares de control de producción de cultivos, sistemas de conducción autónomos y análisis de ganado, como es el caso del ET agricultural brain de Alibaba, un programa que analiza sonidos para detectar comportamientos anormales en cerdos.

Pero en Chile también existen soluciones revolucionarias que utilizan IA, como Beewaze. Este sistema usa sensores basados en el Internet de las Cosas (IoT), que se instalan en las colmenas para monitorear las condiciones en que están las abejas: temperatura, humedad y peso, entre otros, y así obtener data valiosa tanto para los apicultores como agricultores, sobre todo durante la crisis sanitaria, al permitir el monitoreo de las colmenas a cientos de kilómetros de distancia.

En un mundo que cada vez se vuelca más a la digitalización, las posibilidades de la Inteligencia Artificial son infinitas y, a diferencia de lo que muchos pueden pensar, su expansión no significa la obsoletización de las personas, sino la creación de entornos más seguros, así como el impulso de nuevos productos y servicios flexibles, autónomos y dinámicos, que se adapten a las diferentes necesidades de usuarios, organizaciones e industrias.

-El autor es director de Claro empresas