Inteligencia, precioso tesoro
La "inteligencia empresarial "debe tener dos focos, la externa: o entorno competitivo, el mercado, las regulaciones y la interna: las atribuciones de poder de los ejecutivos de la empresa y su actuar diario.
Por años hemos discutido la importancia del mérito, el esfuerzo y el trabajo duro, teniendo claro que los logros no llegan del cielo. Primero va el trabajo y luego el premio y no al revés. Así también los empresarios saben que estos valores tan importantes no se monetizan, es decir, no toman valor económico si no actúan de manera inteligente. Y esto no se refiere a ser un tipo hábil con los números, sino a la inteligencia propiamente tal como herramienta integral que nos permita estudiar y analizar escenarios y que garantice la seguridad física de sus fábricas, locales comerciales, de su personal sus inventarios. Todos activos estratégicos para emprendedores y empresarios y que sin ellos es imposible desarrollar su negocio, conllevando a la pobreza.
Los eventos sociales y de pandemia han generado mucho interés entre los empresarios en evaluar seriamente la implementación de una “inteligencia empresarial” que les permita detectar con anticipación amenazas no sólo de saqueos sino también ataques informáticos, información confidencial e incluso mal comportamiento de los mismos colaboradores a todo nivel. Por lo anterior, elaborar un sistema integrado de inteligencia conectado a las distintas redes sociales, incluso con empresas del mismo rubro o condominio, ha demostrado que mitiga de manera relevante, cualquier ataque.
En inteligencia se habla de tres tipos de seguridad: La seguridad física como las industrias, bodegas e inventarios, la seguridad personal, que tiene que ver con los colaboradores y la seguridad informática que son los datos que la empresa guarda en sus sistemas. Si falla una de estas es que las tres están fallando.
A mi juicio, la seguridad más sensible es la del personal, los trabajadores, esta seguridad tiene dos connotaciones, el daño físico a los trabajadores, como robos, asaltos, saqueos, etc y el daño moral o reputacional que un colaborador puede causar a la empresa por falta de probidad, deslealtad o carencia de competencia para ejercer las funciones de su cargo. Esto último es donde cobra real sentido la frase típica: “atornilla al revés”, la violación de esta seguridad es subterránea, oculta y casi invisible.
Así entonces la "inteligencia empresarial "debe tener dos focos, la externa: o entorno competitivo, el mercado, las regulaciones y la interna: las atribuciones de poder de los ejecutivos de la empresa y su actuar diario. La inteligencia es una herramienta útil que se debe adoptar a los tiempos actuales, ejemplos como Pearl Harbor o la caída de las Torres Gemelas son evidencia que hasta las potencias sufren de desinteligencia o excesiva confianza, usted no se confíe, estos difíciles momentos nos obligan a ser más inteligentes y a estar atentos a las amenazas.
“Preparados para lo peor, esperando lo mejor”
-El autor es socio CEO de Altadireccion Capital
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