SEÑOR DIRECTOR:
Como docente, me preocupa con pesar la falta de priorización en la educación inicial y básica en Chile, especialmente en un contexto donde se debate cada cierto tiempo la política de gratuidad de la educación superior.
Es indiscutible que la educación universitaria accesible es crucial, pero no podemos ignorar que los cimientos de una sociedad desarrollada, segura y cohesionada se construyen desde los primeros años de vida.
Investigaciones demuestran que la inversión en la educación primaria tiene un impacto significativo a largo plazo, reduciendo desigualdades sociales y mejorando indicadores de desarrollo humano. No obstante, la asignación de recursos sigue desbalanceada, favoreciendo la gratuidad universitaria en detrimento de la educación preescolar, donde las brechas educativas se gestan.
Si realmente aspiramos a un país más justo y seguro, debemos replantear nuestras prioridades. En tiempos electorales, hago un llamado a políticos y autoridades a tomar conciencia que urge un enfoque que invierta en cambios sociales desde la base, no desde la cúspide.
María José García G.
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