La columna de Guarello: El año de Ben
“¿Qué pasó con Brereton? Se transformó en una cuña potente, de juego simple y mecanizado, que le dio verticalidad al ataque nacional, de la misma forma que se desplegaba en la cancha de forma generosa, corriendo a los rivales y haciendo presión hasta reventarse”.
La historia de Ben Brereton tiene una singularidad llamativa. A finales de la temporada pasada de la Championship, donde el Blackburn Rovers obtuvo un deficiente 15º lugar, el centrodelantero de la selección chilena era un jugador respetado, anotó siete goles en 40 partidos, pero en ningún caso un indiscutible y menos un hombre que pudiera despegar de tal forma, hasta transformarse en el principal activo del club y el delantero más codiciado de la división. Blackburn había pagado cinco millones de euros a comienzos de 2019 por el desgarbado y metedor atacante formado en el Nottingham Forest, fundamentalmente por su buena actuación en la selección inglesa Sub 19, campeona de Europa ese año.
Pero el despegue fue lento y las expectativas, los euros gastados, no rentaban como el club esperaba. A mediados de 2020 se pensó seriamente en transferirlo a un club holandés de nivel medio y salvar algo de la inversión. Entonces ocurrieron esta serie de hechos tan azarosos como afortunados: que al programador del Football Manager se le ocurriera poner a Brereton con doble nacionalidad en la página; que un activo jugador chileno descubriera esta condición y la difundiera; que desde el cuerpo técnico de Reinaldo Rueda se enteraran que había un delantero en Inglaterra con el biotipo que la selección buscaba sin resultado (Castillo, Henríquez, Rubio, Morales) y decidieran tramitar su nominación, la que, finalmente, se concretó con Martín Lasarte en la banca. Un escalón no tuvo azar alguno: el entusiasmo, la voluntad y las ganas infinitas de Brereton por defender el país de su madre, el que solo había visitado una vez con apenas 18 meses.
Hasta acá la correlación de hechos. Que si bien, configuran en relato interesante, en ningún caso se podría calificar de excepcional visto que la práctica de buscar jugadores europeos con padres sudamericanos es antigua y ha sido utilizada por Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y Venezuela por nombrar algunos. La norma se rompe con la explosión de Brereton jugando por la Roja y que este rendimiento espectacular se haya proyectado de manera arrasadora en el Blackburn. Es un antes y un después desde que se puso la camiseta roja.
Por Chile Ben ha anotado tres goles (Bolivia, Paraguay y Venezuela), pero su aporte no termina ahí: cambió la forma de atacar, transformándose en el eslabón perdido y encontrado, que afanosamente se buscaba desde la época de Pizzi. Hasta la llegada de Brereton, la selección chilena navegaba mansamente condicionada por dos delanteros que iban perdiendo velocidad y se alejaban del área cada vez más. La dupla Sánchez-Vargas, con casi 90 goles entre ambos defendiendo la camiseta roja, perdía profundidad y contundencia, provocando que el arco estuviera cada vez más lejos y la contundencia bajara a niveles críticos (promedio un gol por partido en los últimos cuatro años) ¿Qué pasó con Brereton? Se transformó en una cuña potente, de juego simple y mecanizado, que le dio verticalidad al ataque nacional, de la misma forma que se desplegaba en la cancha de forma generosa, corriendo a los rivales y haciendo presión hasta reventarse. Contra Paraguay en Asunción fue conmovedor su despliegue de overol.
El toquecito, la tenencia, la pelota amasada anodina, tuvo la alternativa de explotar de forma profunda y contundente. Y si a eso sumamos que le dio otro aire al camarín, una inyección de alegría limpia, lo de Brereton es una sorpresa que ni sus mismos compañeros esperaban, visto lo poco que lo buscaban en los primeros partidos. Y claro, 16 goles en 19 partidos en la Championship que lo transformaron en el ídolo absoluto del club. Se habla de seis equipos de primera división en distintas ligas europeas, entre ellos Leeds y Sevilla, que irán por su pase en el mercado de invierno. Y la inversión de cinco millones de euros se multiplicará al menos por seis.
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