La columna de Guarello: Macondo

Foto triple Guarello

"No resulta creíble que Arias 'reglamentariamente' recibiera 5.000 dólares al mes. El tema de fondo es que estos 'arriendos de pases' son muy comunes en el fútbol profesional para incrementar los salarios saltándose el reglamento del fair play financiero".



Cuando se publique esta columna, lo de Melipilla y sus dobles contratos del 2020 tendría que estar resuelto por la primera sala del Tribunal de Disciplina. Lo que ocurra, de seguro, será apelado por una de las dos partes a la segunda sala. Es decir, cuando el Viejo Pascuero esté metiéndose por las chimeneas de todo el planeta, no tendremos la temporada 2021 del fútbol chileno finiquitada. Hay cuatro equipos colgando: Melipilla, que no sabe si va a jugar en Primera, Ascenso o Tercera B, de ser desafiliada; Copiapó, que no sabe si debe jugar contra Curicó el partido de promoción; Curicó, por lo anterior, que no sabe si debe jugar contra Copiapó; y Huachipato, que no sabe si debe jugar la promoción contra Copiapó, mantendrá su descenso en la cancha o se salva por secretaría.

Mientras, Melipilla metió un postrero contragolpe denunciando a Universidad de Chile por el contrato de los derechos federativos de Ramón “Cachila” Arias. Son 136.000 dólares pagaderos en tres cuotas, que, si bien está registrado en la Sociedad Anónima Azul Azul, no consta en las liquidaciones de sueldo del jugador. No resulta creíble que el defensor central uruguayo ‘reglamentariamente’ recibiera 5.000 dólares al mes. El tema de fondo es que estos “arriendos de pases” son muy comunes en el fútbol profesional para incrementar los salarios saltándose el reglamento del fair play financiero o, incluso, como una forma de eludir impuestos. Es decir, no resultaría raro que sean varios futbolistas extranjeros los que tengan una liquidación acotada en la ANFP y reciban el resto a través de otras figuras, como el arriendo de un pase o ser “proveedor” del club, con una empresa de “asesorías deportivas” como la que utilizaba Matías Zaldivia en Colo Colo. Una caja de pandora y de pagos por fuera.

Conversando con el presidente de Universidad Católica, Juan Tagle, él dijo con toda lógica algo que ha faltado desde que la ANFP aceptó las presiones del bloque opositor para suspender la promoción y sentarse a esperar la resolución del tribunal de penas: que lo ocurrido era un error grave y que las consecuencias iban a ser lamentables para el fútbol chileno la próxima temporada. En Copiapó ya advirtieron que a esta altura, con el plantel finiquitado en gran parte, no están en condiciones de jugar la postergada promoción. Es que se habla del 6 u 8 de enero próximo. Un descuadre total.

LIGUILLA ASCENSO 2021: Copiapó vs Temuco
El festejo de Deportes Copiapó tras ganar la liguilla de Primera B el 10 de diciembre. Sin embargo, el León de Atacama actualmente no sabe cuándo ni contra quién jugará el encuentro de promoción. FOTO: AGENCIAUNOCOPIAPÓ

Lo paradójico es que Victoriano Cerda había publicado en su Twitter del 29 de enero del 2021. Textual: “En el fútbol de Macondo hay clubes que, en vez de contratar jugadores al comienzo de temporada, después -con la tabla en la mano (siempre)- tratan de parar el campeonato o destinan el mismo dinero que “ahorraron” en plantel a abogados (sic), para tratar de salvarse por secretaría”. El dueño de Huachipato es un vidente o cometió el acto fallido con el margen de tiempo más grande de la historia: anunció su maniobra para salvarse del descenso con un año de anticipación, incluso con el detalle de la contratación de un abogado muy caro, Ciro Colombara, en vez de jugadores competitivos.

Clarividencias contraproducentes aparte, esto se arregla fácil: desde el próximo campeonato se debe establecer un plazo para hacer denuncias sobre dobles contratos o malas inscripciones (una semana después de cerrado el libro de pases por ejemplo) y el castigo que reciba un equipo no puede redundar en el beneficio deportivo para otro. Es decir, nadie se salva por secretaría, aunque lo haya anticipado en Twitter.

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