La columna de Jerónimo Correa: Inversión en efecto invernadero

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"Chile, en 2019 se convirtió en el primer país en América en emitir un bono verde soberano, y en la actualidad es líder latinoamericano con una emisión de 9.000 millones de dólares, según el grupo británico de gestión de activos globales Janus Henderson".



Cambio climático. ¿Cuántas veces escuchamos este concepto en una semana o incluso en un día? Es un tema recurrente de conversación y análisis al que voy a dedicar esta columna. Específicamente a los mercados de carbono y su aporte en la lucha contra el cambio climático, ya que estos, junto con los impuestos al carbono, son instrumentos esenciales para reducir los gases de efecto invernadero.

Los mercados regulados y obligatorios de carbono permiten a los gobiernos establecer un suministro de créditos para lograr una disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero. Los mercados voluntarios también contribuyen a ese objetivo, ya que las empresas, o incluso las personas, pueden comprar créditos de compensación para cumplir con sus propias metas medioambientales.

El valor total de los mercados regulados de carbono en la actualidad es de 271 mil millones de dólares, y el más grande y líquido del mundo es el Mercado Europeo de Derechos de Emisión (EU’s ETS por sus siglas en inglés), el que tiene un valor de 155 MM de dólares, en comparación con el de China (42MM), Corea del Sur (18MM), Reino Unido (16MM) o California (9MM).

En el caso de Chile, en 2019 se convirtió en el primer país en América en emitir un bono verde soberano, y en la actualidad es líder latinoamericano con una emisión de 9.000 millones de dólares, según el grupo británico de gestión de activos globales Janus Henderson.

Estas cifras muestran que este mercado todavía está en una etapa incipiente, pero en Credit Suisse creemos que en los próximos años puede superar el billón de dólares y podría, incluso, plantearle competencia al mercado mundial del petróleo. Esto impulsado por el aumento de los precios del carbono y la expansión de la cobertura de emisiones, ya que, actualmente, los mercados de carbono, en conjunto con los impuestos, solo cubren un 22% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Y, más importante aún, para lograr cero emisiones netas para 2050, el precio global promedio ponderado del carbono debe aumentar significativamente, de USD 28/ton en 2021 a USD 250/ton en 2050, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, para así incentivar tanto las medidas como las tecnologías de descarbonización.

Si bien aún estamos lejos de llegar a ese precio, durante diciembre de 2021 los permisos de carbono del Mercado Europeo de Derechos de Emisión alcanzaron un máximo histórico de 89 EUR por tonelada métrica, triplicando los niveles interanuales y significativamente superando los índices de renta variable.

Y es así como también está creciendo el interés de los inversionistas de incluir este tipo de activos en sus carteras para abordar la perspectiva ESG desde el punto de vista medioambiental, y de valorar adecuadamente los riesgos de carbono en sus carteras de inversión, como también mejorar sus rendimientos ajustados al riesgo.

Los objetivos de emisiones netas cero ya están establecidos. Ahora el foco y desafío está en la implementación. Si bien todavía estamos lejos de lograr esta meta para 2050, los gobiernos están en la búsqueda de medidas que nos acerquen a este objetivo, y es aquí donde los mercados de carbono deberían jugar un rol importante y convertirse en una herramienta legislativa fundamental que incentive cambios reales en el mundo.

* El autor es CEO y country manager de Credit Suisse Chile