La democracia amenazada
SEÑOR DIRECTOR:
No es indiferente lo que inéditamente ocurre en Estados Unidos; no lo es para el mundo ni para este rincón alejado del planeta. Más allá de las debilidades apuntadas a Biden y las “virtudes” de firmeza y de macho alfa atribuidas a Trump, lo que hay es una grave amenaza a la democracia en un país que, pese a todos sus males, cuidaba este valor. La verdad es que, a la luz de los hechos, la diferencia de fondo entre las dos posturas que representan los candidatos es la decencia de uno y la inmoralidad del otro.
El mundo observa incrédulo como un Trump que gobernó siempre en el límite de la ilegalidad, que usó artimañas para tratar de reelegirse para un segundo mandato, que respaldó el asalto al Capitolio y que ha tenido una vida personal manchada por abusos y condenado por ello, pueda seguir siendo hoy candidato y un referente para varios. Esta dualidad representa, una vez más, la tremenda crisis valórica y ética que se vive en muchas latitudes.
Es de esperar que el pueblo estadounidense mayoritariamente opte, más allá de los nombres en la papeleta, por preservar en su país los valores que lo caracterizaban, y sublimar para ellos y para el mundo el riesgo de una democracia amenazada.
Claudio Ternicier G.
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