La fiesta de las alzas de tasas en Latinoamérica
No es una novedad la discusión sobre las crecientes presiones inflacionarias que hemos estado observado en los mercados emergentes, especialmente en Latinoamérica; es que los números son muy llamativos. En junio, considerando variación anual, la inflación en Brasil alcanzó 8,1%; en México 5,9% y en Colombia 3,3%, ubicándose fuera de sus rangos de objetivo de inflación (salvo Colombia).
Ante este escenario claramente más inflacionario, la discusión es si este fenómeno es transitorio o permanente. La primera posibilidad pareciera ser la más obvia con respecto a hace algunos meses: los quiebres de inventarios, dificultades y desaceleración en China, y una demanda en la región recuperándose con fuerza ante mejores condiciones sanitarias y generosos estímulos fiscales, generaban presiones al alza tanto en los precios de los consumidores como de productores.
Sin embargo, el desarrollo y duración incierto de la pandemia, sumado a la enorme carga fiscal que están acumulando los países, han hecho reconsiderar a los bancos centrales su postura respecto a la inflación, que en su mayoría se inclinaba hacia un aspecto transitorio. En ese escenario, se ha evidenciado una inclinación más restrictiva por parte de los bancos centrales, que ya no se está limitando solamente a dar mensajes sobre su sesgo (forward guidance), sino directamente tomando acción, como ha sido el caso de Brasil con 3 alzas de 75 puntos base hasta ahora, acumulando 225 puntos base más en solo algunos meses, llegando hasta 4,25%.
A pesar de que la conformación de su consejo tiende a una política monetaria más laxa, el Banco Central de México ya inició su ciclo de alzas con 25 puntos base en la última reunión. Chile y Colombia, si bien no ajustaron sus tasas, ya dieron claras señales de su sesgo, por lo que deberíamos ver pronto movimientos al alza en los meses venideros.
Dado que usualmente los ciclos de normalización de tasas suelen involucrar como mínimo un incremento de 100 puntos base, veremos varias alzas de tasas en adelante. Esta visión no es ajena ni alejada a la de otros bancos centrales emergentes en otras regiones del mundo como, por ejemplo; República Checa, Hungría, Rusia y Turquía.
Otra observación interesante ha sido la aparente dicotomía entre la política monetaria de las economías emergentes y desarrolladas. Mientras las primeras apuntan a medidas más restrictivas, las economías desarrolladas no parecen empezar con su ritmo de normalización aún. Esto ha sido liderado principalmente por la Reserva Federal de Estados Unidos que, si bien dio una señal algo más restrictiva, no deja de ser la expansión más fuerte de la historia.
Es esperable que los países emergentes sean quienes lleven la delantera en este ciclo de normalización, especialmente Latinoamérica. Hay que evaluar aún cómo esto podría impactar a las distintas economías dado que China no parece mostrar, a la fecha, señales de mayor expansión económica. A pesar de ello, no es raro esperar que los próximos meses vivamos una verdadera fiesta de alza de tasas.
El autor es economista de LarrainVial Asset Management.