La fractura se cierra
SEÑOR DIRECTOR:
Cuando parecía que pasaría otro año de impunidad frente al atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), ocurrido hace 30 años en Buenos Aires, la fractura se empieza a cerrar.
Actualmente, el gobierno argentino está abocado a esclarecer definitivamente la verdad. Verdad que el mundo ya conocía y que había estado enterrada en la indiferencia y en la corrupción. La herida abierta por décadas, que avergonzó al mundo libre, hoy empieza a cicatrizar.
Hace cerca de tres meses, ad portas del aniversario número 30 del ataque terrorista más grande en la historia de Latinoamérica, se consiguió lo que hasta hace poco parecía impensable: demostrar con certeza que Hezbollah fue el responsable de este brutal ataque.
En sintonía con ese hecho, hace unos días, Argentina dio otro gran paso, al reconocer a Hamas como un grupo terrorista: acto de transparencia y valor que se debería imitar en todo el orbe.
Hezbollah y Hamas, con largos y abultados historiales de atentados, secuestros y asesinatos contra civiles, representan una amenaza no solo para Israel, como intentan instalar algunos, sino para todas las democracias del mundo.
Al reconocer esa innegable realidad, la nación vecina dio un importante paso en pos de la defensa de los valores universales, el derecho a la verdad y la posibilidad de tomar medidas frente al terrorismo.
La sociedad argentina, así podrá por fin dar justicia a las 85 víctimas, judías y no judías, entre ellas, un chileno y mujer avecindada en Chile, y sus deudos. Así, como para Aristóteles la justicia era la felicidad de la ciudad, quizás el fiscal Alberto Nisman, otra de las victimas más recordadas de esta tragedia, podrá por fin “estar” feliz ahora que la justicia en su virtud prevalecerá.
Claudio Lanis Pollak
Magíster en Estudios Políticos
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