La frustrada venta

Allende
La frustrada venta.


SEÑOR DIRECTOR:

La frustrada compra de la casa de calle Guardia Vieja del expresidente Allende y la compra de la del expresidente Aylwin para hacerlas museo ha suscitado un intenso y profundo debate. ¿Un desatino?, ¿una falta de prolijidad?, ¿una decisión poco reflexiva, fruto de la improvisación?, ¿todas las anteriores? Lo notable del caso es que sin evaluar si existe interés público, recursos o si hay otras opciones más adecuadas para preservar el legado de estas figuras presidenciales, por obra y gracia presidencial se decide “hágase un museo”.

Es interesante destacar que en el caso del Presidente Allende cuenta con calles y avenidas, hospitales, monumentos públicos y múltiples recuerdos a lo largo de todo Chile, eso sin contar que existe la Fundación Salvador Allende y el Museo de la Solidaridad, por lo cual opciones para homenajearlo ya hay varias.

En este escenario ¿qué pasará en el futuro si un Presidente vive en un departamento DFL 2 y el gobierno decide comprar su vivienda y hacerla museo?, ¿los vecinos de ese edificio estarán disponibles a que sus ascensores sean usados para acceder al museo? Cuando los museos públicos y privados viven en una situación de pobreza franciscana y nuestras autoridades tarde mal y nunca se acuerdan de ellos esta danza de millones francamente resulta violenta, pero a nadie parece importar ello.

Si la familia lo que deseaba (en ambos casos) era evitar que las casas desaparecieran podrían haber solicitado al Consejo de Monumentos Nacionales que las declarara Monumento Histórico, por supuesto eso, por las limitaciones que implica y la falta de incentivos, no resulta particularmente atractivo en materia económica, entonces, venderlo al Estado a un precio que parece fuera de mercado es una gran oportunidad que pocos pueden tener pero, tal como dijo Orwell en su libro Rebelión en La Granja “todos somos iguales, pero algunos somos más iguales que otros”.

Finalmente, ¿son realmente importantes las casas? O más bien lo importante son los objetos, sus discursos, el legado que ellos dejaron. En otros países del mundo ese es el legado que se valora y en Chile, Jorge Alessandri “El Paleta” así lo hizo, dejando sus bienes al Museo Histórico Nacional. Otros tiempos, sin duda.

Óscar Acuña Poblete

Abogado

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