La movilidad post Covid: una oportunidad para nuestras ciudades
Jens Godtfredsen es embajador de Dinamarca en Chile.
Por años ciclistas y diseñadores urbanos modernos han mirado hacia Copenhague y Amsterdam, donde la bicicleta durante decadas ha tenido cada vez mejores condiciones. Pero ahora, durante la pandemia, por gran parte del continente europeo, las bicicletas están ganado terreno como el medio de transporte más sustentable en términos de emisión de CO2 y de seguridad sanitaria. Municipios y ciudades están mirando al diseño urbano con nuevos ojos, empezando a medir el “exito” y “modernismo” con otros parámetros.
En su reciente analisis, la federación de Ciclistas Europeos, ECF, enumera varios ejemplos de este giro en la percepción de “movilidad”: 170 km de nuevas “ciclo vías Covid-19” en Paris, Hungría agrega 260 km a la red europea de ciclo vías “EuroVelo”, España, Croacia, Polonia, Bélgica, la República checa, Austria invierten en ciclo vías, e-biking, veredas y áreas para peatones y estacionamientos para bicicletas….la lista de países y sus diferentes iniciativas es larga y alentadora.
Cuando voy a la Embajada en mi bicicleta, y dejo atrás a todos los autos atrapados en los tacos, me acuerdo de un estudio que el Ministerio de Transporte de Dinamarca publicó a finales del año pasado, sobre los beneficios del uso de la bicicleta. El estudio arrojó un beneficio en la salud de cada ciclista incluso mayor que lo esperado, sin siguiera tomar en cuenta los efectos positivos de la disminución de la contaminación acústica y del aire. Y me alegra ver cuánto ha aumentado la cantidad de ciclistas en la calle, solo durante los pocos años que llevo en Chile.
El crecimiento de las ciudades es un fenómeno global. El espacio urbano es limitado y no capaz de garantizar movilidad eficiente a menos que cambiemos nuestra forma de movernos. Con priorizar infraestructura para bicicletas, peatones y su conectividad con un sistema eficiente de transporte público, logramos responder al desafío que nos plantea el aumento de la población urbana.
Aproximadamente 45% de los habitantes de Copenhague van al trabajo o a su institución educacional en bicicleta. Cada día 1,44 millones de kilometros se realiza en bicicleta en nuestra capital. Pero también tenemos cada vez más autos y las discusiones políticas sobre movilidad son permanentes. Para alcanzar la ambiciosa meta de Copenhague de ser neutron en emisión de CO2 para 2025, la bicicleta juega un papel importante. Y como parte de las medidas para reactivar la economía post Covid, el gobierno ha levantado las restricciones de inversiones públicas cuando se trata de infraestructura para bicicletas. Además, un nuevo acuerdo politico entre la mayoría de los partidos del parlamento asegura más inversiones en infraestructura para bicicleta, también para bicicletas electricas.
Tanto en Santiago como en Copenhague, la mayoría de los viajes son menos de 5 km. Si introducimos ciclo vías para facilitar estos viajes en bicicleta, ya mucho está ganado. Pero vayamos más allá. En Dinamarca una red cada vez más extensa de “Super ciclo vías” conecta las diferentes comunas e invita a realizar viajas más largos en bicicleta. Los daneses van en bicicleta simplemente porque es lo más cómodo y rápido. Si la infraestructura es segura y rápida, la gente elegirá la bicicleta.
No hay que esperar “mejores tiempos”. Dinamarca empezó su politica de fomento a la bicicleta en plena crisis económico. Inversiones en infraestructura para bicicletas son baratas. Crean empleos inmediatos y ciudades con una movilidad expedita.