La oportunidad de Trump
SEÑOR DIRECTOR:
Cuando el editorial de La Tercera publicado el 7 de noviembre atribuye el triunfo de Donald Trump a la mayor sintonía de sus propuestas con las demandas de la población de Estados Unidos, es inevitable comparar esta situación con las últimas irrupciones de liderazgos populistas de características autoritarias en América Latina y Europa.
Mientras algunos llegaron a gobernar sus respectivos países gracias a contundentes triunfos electorales, poco se demoraron en deteriorar sus respectivas democracias e instituciones. Otros, con intenciones similares, estuvieron a pocos votos de lograrlo.
Si bien hay diferencias entre estos países y Estados Unidos, lo que tienen en común es que sus poblaciones en algún momento se han sentido traicionadas por las élites políticas tradicionales y otorgaron su confianza a liderazgos carentes de credenciales democráticas.
Entonces, como planteó el historiador Francis Fukuyama en su libro “Orden y Decadencia de la Política”, “el hecho de que un sistema fuera en su día una democracia exitosa y estable , no significa que siga siéndolo a perpetuidad”.
Trump tiene ahora una nueva oportunidad de no pasar a la historia como un Presidente que aprovechó un Congreso y y Corte Suprema favorable a él para deteriorar el sistema democrático, aunque imperfecto, más antiguo, exitoso y estable del mundo.
César Iribarren Arsuaga
Cientista político
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