La palabra y el diálogo en la Convención
Por Rosa María Olave, directora del Programa de Mediación y Resolución de conflictos U. Alberto Hurtado
La instalación de la Convención ha marcado un hito en la historia de nuestro país. Un día en que se expresaron multiplicidad de colores, expectativas, y también tensiones y momentos de conflicto, frente a lo cual fue posible darle cauce e inicio al proceso.
Sin duda una instalación no exenta de dificultades. Han emergido durante este primer mes posturas de distintos lados, emociones y sentimientos, que dan cuenta de historias personales y colectivas, frustraciones y dolores; historias y memorias, y que en ese espacio de la Convención se expresan, con distintas intensidades y formas. Hemos escuchado distintas voces, que expresan formas diversas de vivir, entender y significar valores y experiencias. Distintas lenguas se han expresado en la Convención, donde los pueblos originarios nos invitan a escuchar la palabra de una manera distinta a cómo estamos, tal vez, acostumbrados. La riqueza de la palabra y la diversidad ha abierto un espacio de nuevos saberes y conocimientos, para muchas personas desconocido hasta ese momento. La palabra nos permite hablar, escuchar, entender y darnos a entender. Es a través de la palabra que se puede conversar, intercambiar y dialogar.
La Convención ha asumido múltiples tareas y desafíos. Para avanzar en ellas, el diálogo y la escucha profunda son esenciales. A través de la escucha profunda se abre la posibilidad de indagar, explorar y llegar a descubrimientos compartidos. En el diálogo las personas se esfuerzan por incluir las inquietudes de los otros en su propia perspectiva, aun cuando el desacuerdo persista. Permite explorar en forma conjunta y profundizar la propia comprensión, en base a perspectivas diferentes e integrarlas en un sentido compartido. Al poner énfasis en escuchar e indagar, el diálogo se convierte en un paso que fomenta el respeto y el entendimiento mutuo, además de la toma de conciencia de que las personas interpretan de diferente manera las experiencias compartidas.
¿Cómo dialogar en la Convención? Sin duda las 155 personas que tienen a su cargo la responsabilidad de escribir una nueva Constitución cuentan con un espacio privilegiado para abrirse a la experiencia de oír y reflexionar sobre lo que otras personas tienen para decir, sobre lo que ellas o ellos mismos dicen y sobre las nuevas comprensiones y perspectivas que se pueden obtener como resultado.
En palabras de Edward Kaufman, referente mundial en diálogo y resolución de conflictos, “el diálogo nos debiese llevar un paso más cerca el uno al otro”, y entonces es posible que las y los convencionales puedan desde las más diversas historias, no solo escribir un texto de una nueva Constitución, sino que parte del resultado será también una nueva forma de conversar y relacionarse.