SEÑOR DIRECTOR:
La calidad de las leyes y políticas públicas en nuestro país está experimentando un preocupante descenso. No se trata simplemente de errores cometidos por los políticos, sino de una falta alarmante de compromiso con la labor que deben desempeñar. Presentar una ley sin un análisis riguroso de su impacto económico es una irresponsabilidad que se ha normalizado. ¿Cómo es posible que se lancen iniciativas que afectan el empleo, la inversión y el crecimiento económico sin estudios sólidos que evalúen sus efectos a corto y largo plazo? Por ejemplo, ley de pesca, reducción de horas de centros comerciales, FES…
Este problema va más allá de lo técnico; es un asunto ético. La ausencia de previsión no es casualidad. En muchos casos, parece que la prioridad es obtener votos en lugar de construir un país mejor. Promesas atractivas a corto plazo, aunque potencialmente devastadoras a futuro, dominan el debate político, sacrificando el bienestar de las futuras generaciones en aras de la popularidad inmediata.
Es urgente que exijamos responsabilidad a nuestros legisladores. No podemos seguir respaldando proyectos que comprometen el futuro económico de Chile. Gobernar sin datos ni análisis es como navegar a ciegas, y las consecuencias serán pagadas por todos nosotros, por nuestros hijos y nietos.
Carlos Smith
Docente investigador CIES-UDD
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.