La vehemencia de Sutil
SEÑOR DIRECTOR:
En los últimos días, las reacciones ante la calificación desfavorable por parte de la CEA de la RM del proyecto inmobiliario “Egaña - Comunidad Sustentable” han sido prolíficas, y la mayoría muy negativas, destacando la declaración de Juan Sutil en su diario que se titula: “Es casi como volver a la Unión Popular”.
Sin referirme al mérito del proceso administrativo del proyecto mismo, el que por cierto no solo tiene mecanismos de impugnación administrativos sino también judiciales, quisiera aportar con algunos elementos que pueden hacer más profundo y enriquecer el debate.
Estamos acostumbrados a que el SEIA apruebe los proyectos porque su diseño está construido para ello, lo que ha sido criticado en las últimas décadas por la ciudadanía, los desarrolladores, parlamentarios de todos los sectores, entre otros. Existe consenso sobre la necesidad de modificarlo sin que a la fecha esos cambios se hayan producido, a pesar de los proyectos de ley enviados al Congreso. La importancia de lo ambiental y de contar con una licencia social tampoco es una novedad, más aún si vemos como esta dimensión tomó fuerza en las elecciones de los convencionales, del Presidente, como en el debate de la Convención Constitucional. Llama la atención que hasta el momento nadie haya cuestionado la decisión de Fundamenta de empezar la construcción de un megaproyecto sin haber agotado todo el proceso para contar con todas las autorizaciones necesarias (había recursos pendientes). El riesgo ha estado presente desde un inicio, y hoy en día, solo se materializó. Tampoco se ha reparado, al menos públicamente, en que el ingreso haya sido a través de una DIA que es el instrumento menos exigente para la evaluación ambiental.
Una discusión de esta envergadura debe siempre ser ecuánime. La ciudad debe seguir creciendo, pero la manera en cómo este desarrollo se hará a futuro no puede utilizar los mismos cánones del pasado ni tampoco las reacciones pueden carecer de templanza. Así no se construye una mejor sociedad. El llamado es a efectuar los cambios para asegurar que la relación indisoluble del ser humano y el medio ambiente se encuentre balanceada y podamos así asegurar una calidad de vida a las generaciones futuras.
Ximena Insunza Corvalán
Profesora Asistente
Dpto. Derecho Económico
Centro de Derecho Ambiental
Facultad de Derecho U. de Chile
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