Las verdaderas víctimas
SEÑOR DIRECTOR:
La educación pública debe estar centrada en los estudiantes. El sistema debe garantizar el ejercicio del derecho a la educación dispuesto en nuestra Constitución.
Con el reciente paro, parece que los dirigentes y algunos profesores han olvidado las problemáticas asociadas: ¿Qué sucede con la vulneración del derecho a la educación de los y las estudiantes? ¿Qué ocurre con la urgente recuperación de los aprendizajes perdidos en los dos años o más de pandemia? ¿Qué pasará con la alimentación de los alumnos(as) vulnerables que se nutren únicamente con Junaeb, que vienen de otras comunas y que se les hace imposible viajar a la escuela para tomar su desayuno, almuerzo y colación? ¿Dónde deben quedar esos niños(as) cuyos papás y mamás trabajan durante el horario escolar y que no tienen dinero para pagar una tercería? ¿Existe un plan de recuperación para acortar la brecha educacional que arrojó la última medición Simce? ¿Tienen considerado algún plan serio y verdadero para eliminar la violencia, ausentismo y recuperar los liceos emblemáticos públicos de Santiago?
Vemos que, en su petitorio, el Colegio de Profesores se preocupa mucho de sus propios intereses y muy poco de mejorar la calidad de la educación en nuestro país.
Los alumnos(as) no tienen la culpa, ni deben pagar las consecuencias de intereses políticos de adultos, los que desean eliminar, por ejemplo, procesos evaluativos que los colocan en evidencia profesional, como el Simce y la Evaluación Docente.
Cuando las autoridades entiendan que la educación chilena es un asunto “país” y no de los políticos o dirigentes de turno, se podrá cumplir ciertamente el espíritu de la Ley 21.040, la cual tiene por objetivo garantizar la calidad de la educación y no permitir que las verdaderas víctimas sean los estudiantes de nuestro país.
Lilian Vicent T.
Exdirectora Manuel Barros Borgoño y Darío Salas