Lecciones del coronavirus
Día a día la cifra de contagiados por el brote de coronavirus (Covid-19) va en aumento. Estimaciones mundiales pronostican que entre el 40% y 70% de la población va a contraer el virus.
Y es que las personas asintomáticas o cuyos síntomas han sido leves fueron un factor importante de contagio en la ciudad de Wuhan, China. Un estudio de la American Association for the Advancement of Science publicado recientemente dice que este grupo de personas, cuyas infección no se diagnosticó, fueron responsables de propagar la enfermedad al 79% de las personas diagnosticadas en China.
Ante este escenario de rápida y masiva propagación del Covid-19 y los efectos que provoca en el ser humano, si no se consideran medidas preventivas al respecto, ningún país en el mundo contaría con la infraestructura sanitaria necesaria para satisfacer la demanda y, por lo tanto, no habrá la cantidad de camas de UCI o UTI para personas que entren en un estado de salud de mayor emergencia.
El desafío, además de generar estrategias de prevención del contagio entre los habitantes, para evitar el colapso de los sistemas sanitarios, es promover la educación y distanciamiento social.
En nuestro país, en pocas semanas la cifra de contagiados ha aumentado de manera considerable, casi comparable a los inicios que tuvo Italia. En este aspecto, la prevención resulta un factor clave para disminuir estas cifras. Así lo entendió Taiwán, tras vivir una crisis sanitaria similar a la de hoy, en 2003, con el virus SARS.
Hoy, pese a ser un país que geográficamente está muy cerca de China y con una población que llega a los 23 millones de habitantes, el país no supera los 350 contagiados. En dicho país, las medidas de prevención comenzaron a aplicarse desde que se conoció el primer caso en Wuhan. Por lo mismo, cada persona asintomática que tuvo contacto cercano con un caso confirmado recibe una orden de cuarentena domiciliaria durante 14 días; se le realiza un seguimiento a través de GPS en sus teléfonos celulares y una prueba al principio y al final de las dos semanas. También, se pone en cuarentena no solo a los familiares de un caso confirmado, sino también a colegas. Quienes no siguen las órdenes se les multa.
El trabajo mancomunado entre el gobierno, el sistema de salud, y los ciudadanos y acciones conjuntas agresivas en contra de la pandemia, han sido clave en el éxito del país asiático en su lucha contra el Covid-19.
Nuestro país debe sacar lecciones de experiencias positivas como Taiwán o de otros países que han tenido inconvenientes en la contención del virus, y que normalmente no son nuestros referentes en temas de políticas públicas, como son los casos de Europa y Norteamérica.
La política pública del gobierno debe ser estricta aplicando políticas de prevención y generando planes de contingencia. Este virus tiene la característica única que pocos otros tenían: hacer colapsar el sistema de salud, como quedó demostrado en Italia, China y España, afectando la economía de los países, e incrementando el riesgo al que se expone la sociedad.
Debemos ser enfáticos que para limitar el número de personas que deban necesariamente utilizar las camas de hospital, es necesario que el estado realice una prueba agresiva de prevención, detección y aislamiento de casos de Covid-19 o aquellos que sean sospechosos.
La cuarentena debe implementarse adecuadamente si va a ser efectiva. En un sentido más amplio, esta medida no detendrá la propagación de la enfermedad, pero está demostrado que ralentiza su transmisión. Este retraso es clave, porque permite una mayor preparación de los sistemas de salud.
Sin embargo, hay que considerar que la gente seguirá viajando. Mientras esto ocurra, el virus continuará expandiéndose, volviendo a contagiar en países que ya habían superado la emergencia. Por esto, es importante la prevención y el testeo. Ahora más que nunca la comunicación que fluye hacia las personas debe ser clara desde el gobierno y el Ministerio de Salud, así como la colocación de recursos en el sistema de salud para poder contener el virus. Los equipos y personal de salud son determinantes y escasos, resulta clave que el gobierno realice una buena gestión de los recursos e invierta en los insumos que sean necesarios para la prevención y el tratamiento de los pacientes críticos.
Nuestro país debe tomar la amenaza de este enemigo invisible siguiendo los buenos ejemplos de otros países del mundo y teniendo el apoyo y cooperación de la sociedad en general, para así no lamentar una eventual catástrofe. Solo el trabajo mancomunado permitirá que los efectos no sean tan devastadores como se vaticinan.
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