SEÑOR DIRECTOR:
El proyecto de Ley de Convivencia Escolar del Ministerio de Educación -que está en tramitación legislativa- significa un esfuerzo valorable en pos de abordar los desafíos surgidos a partir del aumento de la violencia escolar en las comunidades educativas. Sin embargo, es importante recordar que las escuelas no pueden resolver todos estos problemas por sí solas, ya que existen aspectos que no son de su responsabilidad. Es crucial establecer límites claros sobre lo que se puede abordar con los profesionales y recursos disponibles desde las comunidades educativas.
Esto es especialmente clave en vista de la Ley de Garantías de la Niñez que creó las Oficinas Locales de Niñez, dispositivo con mesas de articulación comunales, regionales y de nivel nacional, que integra recursos valiosos como los de salud y el programa Chile Crece Contigo. Esta coordinación -a cargo del Ministerio de Desarrollo Social- es esencial para abordar de manera integral los problemas de convivencia escolar, aprovechando las capacidades y recursos de diferentes sectores para ofrecer un apoyo más completo y efectivo a las escuelas.
Es esencial entender que las escuelas deben ser vistas como parte de una red intersectorial, en la que otras instituciones, con los recursos y profesionales adecuados, también desempeñan un papel vital. Este proyecto de ley debería fortalecer la convivencia escolar, complementando lo ya establecido por la Ley de Garantías de la Niñez, con el objetivo de garantizar una educación de calidad en un ambiente seguro y respetuoso para todos los estudiantes en Chile.
Ingrid Olea Sepúlveda
Directora Ejecutiva de Educación 2020
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