Ley de residuos orgánicos urgente

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Ley de residuos orgánicos urgente


SEÑOR DIRECTOR:

Los chilenos generamos al año 8,4 millones de toneladas de basura, 1,2 kilos por persona al día. La cobertura de aseo llega al 96%, y el 87% de la basura va a los 42 rellenos sanitarios. Pero el sistema es una bomba de tiempo.

De 103 sitios de disposición de residuos, 75 ya cumplieron su vida útil y 14 lo harán en menos de 10 años. En Biobío, el relleno del Gran Concepción lo hará este año; El Molle (Valparaíso) en 2028. En la RM, Santa Marta en 2028 y Santiago Poniente en 2032.

Además, el costo del sistema es insostenible. Recolectar, transportar y disponer residuos cuesta $418 mil millones anuales, y los municipios recaudan $142 mil millones por derechos de aseo. El 75% del costo es transporte, con absurdos como el de Ancud, que envía 4 camiones con basura al día hasta Los Ángeles, a 1.240 km ida y vuelta. Una realidad que será frecuente si no nos hacemos cargo.

Los residuos orgánicos son el 60% de la basura, y tratarlos localmente reduce fuertemente los costos, porque es la solución económica más eficiente para gestionar residuos. Y atacaría uno de los temas socio ambientales más relevantes para los municipios.

La solución está en el proyecto de ley para la valorización de residuos orgánicos en trámite desde 2023, que es consistente con la política de Estado en materia de residuos y de reciclaje que se ha implementado desde el ingreso a la OCDE. Tenemos una Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos, que busca aumentar su valorización del 1% actual a 66% en 2040, trabajada junto al sector privado y ONG.

Necesitamos visión de Estado. La urgencia de la crisis nos mueve a pedir que se agilice la aprobación de esta ley a través de un amplio acuerdo político en el Congreso, al que deberá sumarse el compromiso del sector privado y de los ciudadanos para avanzar en su implementación efectiva.

Además, esta valorización mucho más simple y local permitirá mitigar metano, gas 80 veces más potente que el CO2 para el calentamiento global reciente; y genera subproductos (compost, humus, digestato, biogás) que impulsarían una industria ya en desarrollo y ayudarían a la recuperación de suelos.

Avanzar en esta política pública es urgente, frente a rellenos sanitarios al borde de su capacidad y sin nuevos proyectos a la vista. Hemos visto que chutear el problema para adelante solo agrava sus consecuencias. Hoy se requiere del acuerdo político y la visión público-privada para sacarla adelante.

Ana Lya Uriarte, Carolina Schmidt y Marcelo Mena

Ex ministros del Medio Ambiente

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