Listas de espera

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Listas de espera.


SEÑOR DIRECTOR:

Esta semana conocimos una nueva situación indignante en relación a las listas de espera en salud. Supimos de pacientes a quienes se registró como atendidos luego de su fecha de fallecimiento, así como pacientes egresados de las listas de espera por haber fallecido, aunque seguían vivos. Estos casos de los hospitales de Antofagasta y Talca se sumaron a lo conocido meses atrás en el Hospital Sótero del Río: borraron 300 mil atenciones en pocas horas, “atenciones VIP” de familiares o amigos de funcionarios que se saltaron la lista de espera, o el caso del llamado para atenderse luego de 17 años.

Frente a esta situación, el Ministerio de Salud ha sostenido que el problema radicaría en el sistema informático, debido a su antigüedad, puesto que depende del ingreso manual de los datos y que no estaría en línea, interconectado con el Registro Civil. Así, dicen, no se cometerían errores tan graves como los descritos.

Ahora bien, no debemos ser autocomplacientes con el diagnóstico. Aquí no se trata -solamente- de un problema en el sistema de registro, sino que a aquel se agrega uno mucho más acuciante: la ineficiencia en la utilización de los recursos públicos, lo que repercute en la falta de atención oportuna de los pacientes.

Según un estudio del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián (IPSUSS), solo entre 2018 y 2023 se aumentó en un 26% el gasto en los servicios de salud, pero se estaban haciendo un 15% menos de cirugías y un 6% menos de egresos hospitalarios, teniendo prácticamente las mismas camas a nivel nacional.

Urge comenzar a tomar medidas orientadas a enfrentar esta crisis sanitaria, tal como se hizo con la pandemia de Covid-19, usando lo mejor del sistema estatal y el sistema privado, sin ideologías que tengan esperando a millones de chilenos.

Jorge Acosta

Director Programa de Salud y Bioética - Instituto Res Publica

Médico Asesor IPSUSS - Universidad San Sebastián