Los acuerdos políticos y la encuesta CEP
La última encuesta CEP es preocupante (el sistema de partidos y las instituciones carecen de credibilidad), pero hay un dato que debe ser analizado con optimismo: ha crecido la valoración de los acuerdos políticos transversales. Sin perjuicio de ello, los acuerdos entre partidos no gozan de buena reputación entre grupos radicalizados, quienes estiman inadmisible ceder posiciones y prefieren incluso bloquear reformas antes que responder a las demandas sociales. Es difícil reconciliar esta posición con nuestro modelo democrático. En un sistema multipartidista, con un Congreso fragmentado, se requiere de acuerdos para formar mayorías. Sin ellas, no puede haber reformas relevantes.
Los acuerdos requieren de negociaciones pragmáticas que permitan conocer los límites e intereses de los adversarios políticos. Quien no entienda la necesidad del pragmatismo, o no es un demócrata genuino, o está construyendo teoría ideal. La teoría ideal puede ser útil para establecer objetivos de largo plazo y agregar elementos a la discusión, pero ella no es útil, por sí sola, para gobernar en una democracia competitiva y sostenible.
Si el proceso constituyente y la agenda social se siguen enfrentando con polarización, los partidos seguirán debilitándose. La paradoja producida por la necesidad de generar acuerdos usando partidos que carecen de prestigio, puede aproximarse con un discurso que promueva la aparición de "independientes" que aspiren a reemplazar a los partidos con discursos antipolítica, lo que puede promover el caudillismo. Una alternativa mejor es que los partidos vean en los acuerdos una oportunidad que, siendo preferida por la opinión pública, puede ayudarlos a recuperar su prestigio. Para que esta segunda alternativa sea posible, los partidos deben estar dispuestos a moderarse y, si es necesario, excluir a grupos radicalizados.
Si esta alternativa está presente en el proceso constituyente, será más probable que la futura Constitución responda más eficazmente al desafío de fortalecer la representación y preservar la competitividad de nuestra democracia. Los procesos constituyentes no son neutrales respecto de los contenidos de las constituciones, y la existencia de acuerdos es uno de los factores que influyen en ellos. Los acuerdos hacen más factible que la Constitución facilite la alternancia pacífica en el poder, proteja los derechos de quienes sean derrotados en las elecciones e impida la proliferación de un partido dominante. Por el contrario, procesos conducidos por coaliciones hegemónicas tienen menos incentivos, por ejemplo, para respetar la independencia judicial.
Aunque la encuesta CEP ofrece malas noticias para los partidos, también entrega una oportunidad. Ellos deben aprovechar esta oportunidad para impulsar acuerdos que den respuestas políticas a las demandas sociales.
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