Los que ya nacieron
SEÑOR DIRECTOR:
La baja tasa de natalidad es un problema que se está posicionando fuertemente en la agenda pública. Y aunque es innegable que se requiere avanzar en mecanismos para afrontarla, hay una arista poco considerada en la discusión: la situación de quienes ya nacieron.
Según los datos del Registro Social de Hogares (donde están suscritas el 85% de las familias del país), en julio de 2024 había 702.415 menores de 5 años. Lo alarmante es que el 72,5% de ellos se encuentra entre las familias más vulnerables del país. En comunas como General Lagos, Ercilla y Alto Biobío, más del 90% está en ese tramo.
A nivel de vivienda, el 20,7% de estos menores (145.304) vive en viviendas precarias como mediaguas, viviendas de desechos y piezas en viviendas colectivas. Esta alarmante cifra no considera a familias migrantes en situación irregular (pues no están suscritas al RSH), por tanto, esta realidad -seguramente- es aún más cruda. Si profundizamos aún más, 9.539 niños registrados habitan en viviendas cuya ocupación es irregular, por lo que están en constante riesgo de desalojo. Cerrillos es una de las comunas más críticas, ya que el 15,3% de los niños y niñas de entre 0 y 4 años vive en esta situación.
En materia de educación, la realidad no es más alentadora. Según el “Informe de Caracterización de la Educación Parvularia 2022″, entre los jardines públicos y privados se alcanza una cobertura promedio del 52,13% del total de los niños a nivel nacional.
Esta situación no es nueva. La pobreza siempre se ha vinculado a la infancia. Sin embargo, difícilmente las familias se enfocarán en la natalidad si más del 70% de quienes ya nacieron no pueden acceder a derechos básicos. Sin eso, no vale la pena aumentar la tasa de natalidad.
Camila Urzúa Rivas
Secretaria académica Ciencias de la Familia, Universidad Finis Terrae
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