Mañana no hay clases
La suspensión de los colegios por dos semanas debido al Coronavirus (Covid-19) nuevamente nos pone en un desafío ante la pérdida de clases de los estudiantes. Lo cierto es que la discontinuidad del aprendizaje afecta a los niños y jóvenes, especialmente a los de menor edad y a los más vulnerables, y lamentablemente en nuestro país la inestabilidad que ha tenido la educación en el último tiempo solo agrava el problema.
Con todo, la pérdida de clases en este caso, no necesariamente debe estar relacionada a un término de la enseñanza. La educación a distancia o el autoaprendizaje mediante uso de la tecnología pueden ser mecanismos tan efectivos como una clase presencial. En esto la rápida reacción que ha tenido el Mineduc para poner a disposición los recursos online es muy positiva, ya que entrega a los profesores y padres la posibilidad de continuar de manera remota con las horas lectivas.
Por supuesto, esto genera desafíos diversos, entre ellos la necesidad de un mayor desarrollo del uso de TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en la educación, que complemente la formación tradicional y que permita hacer frente a circunstancias anormales como la que vivimos.
Por lo pronto, es clave que los padres comprendan la importancia de que sus hijos sigan realizando las tareas que les encomiende el colegio de manera de seguir con el proceso de aprendizaje. Cuestión que no es fácil, por ello será fundamental que se busquen formas más didácticas, desde diversas aplicaciones y juegos que mantengan la atención del niño, pues es claro que el ambiente del hogar no cuenta con las mismas condiciones de la escuela para aprender. Además, está la dificultad que tienen muchas familias –especialmente las más vulnerables- de llevar esto adelante, con la falta de recursos y la imposibilidad de dejar a sus hijos al cuidado de personas que puedan velar efectivamente porque realicen las actividades.
Por otro lado, para los docentes es también un gran desafío adaptarse y aprender el uso de las tecnologías y diversos programas para realizar actividades para sus alumnos. Será clave que puedan ampliar las formas de comunicación con los padres para entregar la información y poder también orientarlos durante este tiempo.
En momentos como este se requieren esfuerzos y la contribución de todos, en especial de quienes tienen las herramientas y conocimientos para así ponerlos a disposición. En este caso de las escuelas. Un buen ejemplo es lo que ha ocurrido en diversos países, plataformas de aulas virtuales, museos y otras organizaciones culturales han decidido ofrecer sus recursos gratuitamente a los ciudadanos y profesores. Chile que siempre se ha caracterizado por su solidaridad en momentos difíciles, debiera seguir estos ejemplos para hacer frente a estas circunstancias, que lamentablemente pueden seguir agravándose.
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