El gobierno presentó el fin de semana una querella por atentado a la salud pública en contra de una mujer contagiada de Covid-19 que conociendo su diagnóstico –venía del médico- intentó entrar a un supermercado en Las Condes.
A razón de un muerto al día desde que se produjo el primer fallecimiento por coronavirus, ya vamos en siete, las medidas de aislamiento social se intensifican en el país y casi dos millones de chilenos están en cuarentena total. Ayer se sumaron Osorno y Chillán.
Cuando lo más importante continúa siendo la autodisciplina y el autocuidado, las cifras de quienes rompen el toque de queda registraron un alza de un tercio respecto de días anteriores en momentos en que el número de contagiados rompió la barrera de las 2.000 personas.
El dilema continúa siendo la paralización de actividades frente al alza sostenida de casos detectados y pese a que el ministro de Salud, Jaime Mañalich, ha señalado que una cuarentena general es prácticamente imposible en el país, la presión –particularmente de autoridades locales- va creciendo.
No olvidar que el objetivo principal –de La Moneda, pero en definitiva debiera ser de todos- es aplanar la curva de contagios para evitar el colapso del sistema nacional de salud y reducir la mortalidad cuando nos aceche el peak de casos que está pronosticado para las próximas semanas.
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