Más desconfiados y conflictivos
Por Luis Fuentes, Sebastián Rodríguez, Cristhian Figueroa y Felipe Link
El Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), en colaboración con el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, realizó una encuesta en septiembre – octubre de 2019 y luego, una segunda versión en julio 2021, para conocer las transformaciones experimentadas por los barrios del Gran Santiago, particularmente en aspectos referidos a la dimensión social como las relaciones entre vecinos, la identificación, confianza, y percepción de sus vecinos/as que tienen los habitantes de la capital.
Desde que la pandemia de Covid-19 llegó al país, hemos vivido cambios profundos y radicales en nuestra vida cotidiana. El distanciamiento físico, el toque de queda, el confinamiento y numerosas otras medidas, han restringido la movilidad y el acceso al espacio público con el fin de disminuir las aglomeraciones y contener la expansión de la enfermedad. Durante los meses que ha durado la pandemia parecería obvio que la frecuencia de encuentros con vecinos en el espacio público haya disminuido. Sin embargo, la periocidad varía considerablemente dependiendo del contexto barrial, y de las características socioeconómicas y morfológicas que configuran a cada uno de los diferentes territorios del Gran Santiago.
Los resultados indican que a nivel general en el Gran Santiago se visualiza una disminución en la frecuencia. Antes de la pandemia, un 66,3% afirmaba que constantemente se encontraba a alguien conocido en las calles del barrio, versus a un 36,9% en la actualidad.
Sin embargo, el cambio más drástico a nivel general en el Gran Santiago se vivió entre quienes indican que nunca o casi nunca tienen encuentros con personas que conozcan en su barrio. Esta opción aumentó cinco veces en el tiempo comprendido, pasando de un 5,2% en pre pandemia, versus un 26,1% de la actualidad. Esta última tendencia es particularmente relevante en aquellas zonas del centro de Santiago, donde -y cómo se visualizan en el siguiente gráfico- aumentó considerablemente el número de habitantes que indica no reconocer a nadie conocido en las calles del barrio en la actualidad.
Figura 1: % de habitantes que indica que nunca o casi nunca se encuentra con alguien conocido en las calles de su barrio
Si bien, como se dijo anteriormente, esta tendencia puede ser obvia considerando lo vivido en los últimos meses con el confinamiento y distanciamiento social, algunas interrogantes que surgen a partir de ello es cómo ello ha afectado a la cohesión social del barrio, particularmente en aquellas formas más bien simbólicas como la identificación, la confianza y la percepción de los vecinos. Esto es de gran relevancia, ya que creemos que la pandemia ha transformado profundamente nuestro día a día, y también, las formas de relacionarnos en comunidad y el tejido social de nuestros barrios.
Además, respecto a la identificación, la confianza y la percepción de los vecinos del barrio, los datos recogidos en ambas encuestas dan cuenta de los cambios no solo a nivel metropolitano, sino que también a escala de barrio.
En cuanto al grado de identificación con las y los vecinos del barrio, los habitantes muestran una disminución generalizada en la identificación que tienen con sus vecinos. Es decir, los habitantes de Santiago se identifican cada vez menos con sus vecinos. Esta tendencia es significativa en aquellos barrios del centro de la ciudad, pasando de un 80,9% de identificación previo a la pandemia a un 64,4% de identificación en la actualidad. En cuanto a los barrios de la periferia de la ciudad se visualiza una leve disminución en este indicador.
Respecto a la confianza en los vecinos, los resultados indican una tendencia similar: nuevamente el centro de la ciudad muestra una disminución importante del grado de confianza en los vecinos, al igual que aquellos barrios localizados en la periferia y que poseen viviendas sociales. Esto no se puede afirmar para aquellas zonas pericentrales de la ciudad, donde se ha mantenido el grado de confianza vecinal en el último tiempo.
Finalmente, respecto a la percepción de los vecinos, aspecto analizado a partir de cuán conflictivos son los vecinos del barrio, los resultados muestran un aumento de esta dimensión en el período analizado, siendo generalizada el aumento de la percepción negativa de los vecinos, destacando en esta lógica aquellos barrios de vivienda social. En particular, antes de la pandemia el 23% de los habitantes de estas zonas consideraba que sus vecinos eran conflictivos; mientras que, en la actualidad, un 35,1% considera que son conflictivos.
A la luz de los resultados presentados, creemos que la llegada de la pandemia al país ha provocado profundas transformaciones en diversos ámbitos de la vida, entre ellos, las formas en cómo nos relacionamos en comunidad y el grado de cohesión social de los barrios de la capital.
Así, cabe preguntarse si los cambios observados entre el escenario antes de la pandemia y la situación actual son transitorios o bien, están transformando profunda e irreversiblemente la estructura social de los barrios de Santiago. Aunque los cambios visualizados puedan ser poco medibles e intangibles, creemos que deben ser considerados en la política pública, para así pensar cómo abordar el tejido social desgastado o bien, pensar reconstruir la estructura social de nuestros barrios en un escenario post pandemia. De esta forma, construir comunidades más cohesionadas y que transiten, desde la perspectiva social, hacia barrios sustentables en Santiago.
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