Más que un buen vecino…

Parque eólico de Enap y Pecket Energy parte su operación en agosto

"En la actualidad, el comportamiento de las empresas en la sociedad es muy visible, lo que puede ser una tremenda oportunidad para dar a conocer el aporte que hacen, pero también un riesgo importante en caso de que sus acciones no sean las esperables".



Hoy las empresas no solo deben crear valor para sus clientes, razón de su existencia, y a sus accionistas, origen de su creación, sino que también a empleados, comunidad y proveedores, todos bajo el concepto conocido como “stakeholders”. Y esa sola comprensión amplia del concepto de “creación de valor” es la mejor guía para las decisiones que los directivos de una empresa debemos tomar.

En el estudio ESG Premium (2020) de McKinsey & Co se destaca que las empresas con un fuerte foco en temas ESG (siglas en inglés de medioambiental, social y gobierno corporativo) dentro de su estrategia de negocios, logran crear más valor a corto y largo plazo, lo que en consecuencia tiene un impacto positivo en los resultados financieros. Y no es para sorprenderse. Una empresa que crea valor para la comunidad en la que está inserta, está protegida por ella, generando un círculo virtuoso que puede ser a través de programas de desarrollo de proveedores locales y reduce las tensiones propias de asimetrías de información entre la comunidad y la empresa.

No se trata solamente del cuidado del medioambiente, ni del uso racional de los recursos naturales disponibles, sino que es vital que la comunidad vea en la empresa a más que solo un buen vecino. La comunidad debe ver en la empresa, su vecino, una oportunidad para ellos: de apoyo, empleo, seguridad, posibilidad de aprender, de ayuda en caso de alguna catástrofe, de desarrollo si se transforma en proveedor, solo por nombrar algunas.

Como empresa agroindustrial, tenemos una relación histórica con los agricultores. Y no se trata de un vínculo transaccional, donde uno provee la materia prima que el otro requiere, sino que es una relación mutuamente valiosa, en la que cada uno aporta valor más allá del monetario. Es también a largo plazo, de aprendizaje mutuo, porque los procesos de innovación en la agricultura dependen de los tiempos de los cultivos y, por ende, las cosas no cambian de un día para otro, sino que de una temporada a otra.

Las relaciones mutuamente valiosas con nuestros stakeholders generan valor compartido. Se construyen confianzas, se generan lazos de comunicación, se promueve la innovación y la mejora continua, lo que en consecuencia construye una actividad más sólida, con una mirada de largo plazo.

En la actualidad, el comportamiento de las empresas en la sociedad es muy visible, lo que puede ser una tremenda oportunidad para dar a conocer el aporte que hacen, pero también un riesgo importante en caso de que sus acciones no sean las esperables.

Por todo lo anterior, la dirección de la empresa tiene que comprender su rol de una manera más amplia que en el pasado, y entender que sus decisiones conscientes e inconscientes, por acción u omisión, tendrán un escrutinio público, el que será positivo en la medida en que exista coherencia con lo que la sociedad o comunidad espera de la empresa y lo que esta ha comprometido a toda su cadena de valor.

Pablo Montesinos, gerente general de Empresas Iansa.