SEÑOR DIRECTOR

Resulta pertinente preguntarse el valor que le asignamos a la maternidad, al trabajo no remunerado y al cuidado.

¿Estamos valorando la maternidad si la brecha salarial entre hombres y mujeres comienza cuando nace el primer hijo, de acuerdo a un estudio realizado en Dinamarca? ¿Estamos valorando el trabajo no remunerado y el cuidado de los hijos que hacen las mujeres en el mundo, que si lo llevamos a valor económico equivale a 43 veces el valor de una empresa como Apple? Hoy, sólo es sustentable el ser y parecer. Si bien decimos que la familia es el centro de la sociedad, en la práctica las cifras nos indican que no valoramos la maternidad como deberíamos.

El desafío, entonces, recae hoy en los lugares de trabajo. ¿Cómo? Primero, avanzando en generar condiciones laborales que se adapten a las realidades familiares de las personas trabajadoras, tanto hombres como mujeres, rompiendo la cultura de la presencia por sobre la eficiencia. Segundo, avanzando hacia una mayor corresponsabilidad para que ambos padres sean responsable del cuidado de los hijos. Tercero, debemos hacer conscientes nuestros sesgos, revisando las empresas su proceso de selección y asegurar que el ser madre no sea percibido como un impedimento para ser contratada, revisando así la descripción del cargo y las diferentes etapas del proceso de selección. En definitiva, es fundamental crear una transformación cultural en los lugares de trabajo que acojan estos desafíos, pues de otra forma se perpetuará la tensión entre parentalidad y el trabajo remunerado.

El domingo se celebró el Día de la Madre. Es importante también que las empresas celebren, todos los días, que las madres hoy tienen mayor educación y ganas de invertir su talento en las organizaciones.

Verónica Campino

Cofundadora Fundación Chilemujeres

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