Medio Oriente: problema estructural
SEÑOR DIRECTOR:
El reciente acuerdo de cese al fuego entre Israel y Hamas es un paso importantísimo que salvaría muchas vidas. Eso sí, todavía falta mucho para celebrar, ya que hitos similares a este último y otros de mucho mayor profundidad están lejos de resolver un problema estructural que ha caracterizado la belicosidad de Medio Oriente durante tantas décadas.
Situación que partió en 1916 con el Tratado Sykes-Picot, que entre otras cosas, dibujó las fronteras de los territorios que conforman Irak, Siria, Líbano, entre otros, tensión que se agudizó desde la creación del Estado de Israel en 1948.
Eso no es todo, porque mientras por un lado Hamas siga fiel a parte de su Carta Fundacional de 1988 que establece textualmente que “Israel existirá y seguirá existiendo hasta que el Islam lo destruya”, y por el otro el objetivo número uno del gobierno de este último país sea la “eliminación de Hamas”, la posibilidad de poner fin al conflicto es una ilusión.
Los tres países mediadores de esta tregua deben lograr más hitos similares mientras siga esta guerra en Gaza, pero en paralelo es hora de que la comunidad internacional en su conjunto sea más ambiciosa y ayude a solucionar de una vez por todas dicho problema estructural de Medio Oriente que tantas vidas ha costado.
César Iribarren Arsuaga
Cientista político
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