Mi apruebo no te rechaza

Campaña plebiscito Apruebo


Por Elisa Walker, abogada

Todas las encuestas señalan que el “Apruebo” es respaldado por una amplia mayoría. Hay distintos argumentos que circulan para votar esa alternativa. Unos dicen relación con el contenido mismo de la Constitución, promoviendo el reconocimiento de Chile como un Estado plurinacional, cambios en el régimen de gobierno, eliminación o modificación de las facultades del Tribunal Constitucional, la descentralización, entre otros.

También hay una discusión importante sobre los derechos fundamentales, la que incluye un debate sobre cuáles son los derechos que deberían estar reconocidos por la Constitución, en qué términos se da ese reconocimiento y los mecanismos de protección. Dentro de ese tema, probablemente la gran discusión radicará en la regulación de los derechos sociales. Educación, salud y pensiones son los temas de interés que surgen en gran parte de los cabildos ciudadanos y evidentemente estarán presente en el debate constitucional. De esta forma, la discusión sobre el contenido de la Constitución abarca aspectos simbólicos importantes, como el reconocimiento de los pueblos originarios, y también la definición de derechos específicos.

Los elementos simbólicos en el debate constitucional son de gran relevancia, pero éstos no dicen relación solo con el contenido de una nueva Constitución, sino que también están presentes en la forma y disposición en que se enfrenta esta elección. En este sentido, el tenor de la campaña por el “Apruebo” es tan importante como el debate sobre el contenido de la Constitución.

Uno de los argumentos de mayor relevancia para apoyar el apruebo consiste en destacar que la Constitución actual no puede constituir la base común de nuestra sociedad porque nos divide y fragmenta. Fue creada en dictadura y tuvo por propósito imponer un modelo político que no fue consensuado por todos y que buscaba silenciar ciertos debates políticos bajo el escudo de que ciertas ideas son inconstitucionales.

Si queremos que la Constitución sea la casa común, la base fundante de nuestro ordenamiento jurídico, no puede ser creada bajo la lógica de trincheras políticas, en el sentido de que la forma de aproximarse a la discusión sea el gobierno por un lado y la oposición por el otro lado. Para que la Constitución sea la casa común, debe haber personas de todos los sectores políticos, económicos y sociales que no solo estén dispuestos a aceptar el resultado del “Apruebo”, sino que estén dispuestos a votar “Apruebo”. Esto constituye un cambio de paradigma de gran relevancia para nuestro futuro. Por lo mismo, tiene mucho valor que existan personas de derecha que digan abiertamente que van a votar por el “Apruebo”.

Obviamente, esto no quiere decir que no van a existir debates políticos o grandes diferencias sobre el contenido de la Constitución. ¡Qué duda cabe que van a existir muchas opiniones distintas sobre la regulación de la Constitución! Ahí estará el quórum de 2/3 de los constituyentes para permitir canalizar los debates y llegar a acuerdos sobre los temas de mayor relevancia. En definitiva, el votar apruebo es sinónimo de creer en la capacidad de llegar a acuerdos. Y si queremos que la Constitución sea la casa común, votar apruebo también es creer que “mi apruebo no te rechaza”.