Migración y frontera

SEÑOR DIRECTOR:

La actual Ley de Migraciones es un gran logro; implementa las bases para una regulación de la movilidad internacional, acorde con lo requerido en tiempos de alta conflictividad comunitaria.

Esta normativa aborda amplias dimensiones de la migración. Sin embargo, Chile sufre hoy un flujo que ingresa en forma ilícita, provocando problemas en la vida de sus habitantes, con externalidades negativas en vivienda, empleo formal, e incluso con impacto en la criminalidad.

Junto con la regulación que propone la ley, es imperioso actuar en contra del ingreso ilegal. En esta emergencia migratoria, lo más riesgoso para nuestro país es la invisibilidad del extranjero: el Estado no sabe quién entra, quién sale y adónde se dirige.

Es necesario reconducir hacia los puestos de acceso legal a los migrantes que ingresan por pasos no habilitados; bajo ningún argumento se debe aceptar que entren libremente indocumentados, tampoco bajo la promesa de que se presentarán en otro lugar distinto a su ingreso.

Para estos efectos, es necesario tener centros retenedores de migrantes, con el fin de procesar su entrada en forma segura, a través de registros biométricos, con cruce de información en distintas bases de datos y con perfiles de riesgo. Lo fundamental es conocer al individuo y mantener la trazabilidad.

Asimismo, se deben implementar controles rigurosos en puestos carreteros estratégicos, denunciando y sancionando a toda persona que esté lucrando con la movilidad humana.

En el contexto de una emergencia migratoria es indispensable mejorar la fiscalización. Existen puntos cruciales en donde es posible vigilar con efectividad. Además, la presencia del Estado contribuye a una percepción de control que es un freno a las acciones fuera de la ley.

La voluntad política aparece como factor principal para atajar el ingreso ilegal y sus nefastas consecuencias.

Lorenzo Agar Corbinos

Doctor en Sociología

Bernardino Cárdenas Parra

Prefecto (R) PDI