SEÑOR DIRECTOR:

La Encuesta Bicentenario UC 2024 presenta un panorama claro pero inquietante: un 22% de los jóvenes entre 18 y 24 años y un 19% entre 25 y 34 no quieren tener hijos. Este fenómeno, lejos de ser un capricho generacional, refleja profundas transformaciones económicas y sociales.

El principal argumento tiene relación con que criar niños en la sociedad actual es difícil y costoso. El 76% de los encuestados prefiere tener pocos hijos, pero garantizarles una educación de calidad. Esta cifra revela una prioridad lógica pero que pone en jaque el futuro demográfico del país. Además, para muchas mujeres, la maternidad sigue representando un obstáculo para su desarrollo profesional, una labor que, en pleno siglo XXI, aún no encuentra equilibrio.

Por otro lado, la fragilidad de las relaciones de pareja y la incertidumbre económica juegan un rol clave. Vivir en un contexto donde las separaciones son frecuentes y el empleo es inestable genera dudas legítimas sobre la posibilidad de ofrecer un entorno seguro para criar hijos. Así, la idea tradicional de la familia como refugio de estabilidad se ha visto desplazada por una perspectiva más cautelosa y pragmática.

Si Chile aspira a revertir esta tendencia, debe entender que el problema no se resuelve con campañas demográficas, sino con políticas robustas: un apoyo concreto a la crianza, condiciones laborales que equilibren vida y trabajo, y un cambio cultural que valore la maternidad y paternidad.

La decisión de no tener hijos es, en última instancia, un síntoma de un sistema que no ha sabido ofrecer garantías suficientes. Corresponde a todos cuestionarlo y buscar soluciones urgentes.

Nicolás Fernández

Médico

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