Es necesario reintegrar el sistema tributario
Esta semana, el proyecto de modernización tributaria comenzó su discusión en particular en la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. La iniciativa tiene entre sus ejes centrales impulsar el crecimiento económico, simplificar y modernizar el sistema tributario, entregar mayor certeza jurídica y hacer la vida más fácil a las MiPymes y a los emprendedores.
Entre diversas materias, propone volver a un sistema único y 100% integrado de tributación, en el cual el impuesto pagado por las empresas es crédito del impuesto pagado por los socios.
La reforma del año 2014 estableció el sistema actualmente vigente en el cual conviven la renta atribuida, el 14 Ter dirigido a las Pymes, pero muy poco usado por éstas, y el sistema semi integrado, en el cual solo el 65% del impuesto pagado por la empresa sirve de crédito para los impuestos personales de los socios.
La semi integración generó una serie de distorsiones que es necesario reparar. Por un lado, estableció una tasa de impuesto pareja de 9,45% para todos los contribuyentes del impuesto global complementario (IGC), independiente de su nivel de renta. Esto es contrario a la equidad vertical deseable en todo sistema tributario.
El sistema semi integrado, además, es inequitativo horizontalmente. En efecto, contribuyentes con igual nivel de renta pagan tasas de impuestos diferentes, dependiendo si son trabajadores o emprendedores, si son inversionistas nacionales o extranjeros y extranjeros con o sin tratados para evitar la doble tributación. Con la integración total, a igual nivel de renta, independiente de su origen, se pagará la misma tasa de impuesto.
La integración beneficiará a miles de personas, no a las grandes empresas como a veces se sostiene para atacar esta medida. En este sentido, las cifras del SII son reveladoras. Se trata de cerca de 870 mil contribuyentes que verán reducida su tasa de impuesto personal en 9,45%, incluyendo 570 mil personas que, por su nivel de renta, debiesen estar exentos del IGC. Estos contribuyentes en su amplia mayoría reciben rentas del trabajo y 476 mil son cooperados de cooperativas.
Medido en términos relativos, tanto por la reducción de la tasa de impuesto para cada grupo, como por el porcentaje que representa el beneficio respecto del monto de impuesto pagado, la integración llega con mayor fuerza a los tramos más bajos del IGC, lo que confirma la progresividad de la medida.
Por último, volver a un sistema totalmente integrado es un gran avance en simplificación y reduce el costo del capital, lo que tendrá efectos positivos para la economía. De hecho, la OCDE ha señalado que diversas medidas propuestas en el proyecto de modernización tributaria apoyarán la inversión y el crecimiento, destacando entre ellas, el regreso a un sistema tributario único y totalmente integrado.
Una parte de la discusión sobre reintegrar o no se ha centrado en el costo de la reintegración que se produce por la baja de impuestos a los contribuyentes de los tramos más altos del IGC. Para reforzar la progresividad del proyecto, el gobierno ha manifestado su disposición a compensar los menores ingresos que se producen en los cinco tramos más altos con medidas progresivas que totalizan US$ 400 millones.
Si volver a un sistema totalmente integrado restituye la equidad del sistema tributario, es positivo para el crecimiento económico y, además, se propone compensar parte importante de los costos de la integración, entonces solo cabe esperar que el Congreso apruebe esta medida en la discusión en particular del proyecto.
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