No es perfecta, mas se acerca a lo que siempre soñé
SEÑOR DIRECTOR:
Hace poco más de un año, la política propició una salida al fracaso que habíamos vivido en el primer proceso constitucional. La votación del 4 de septiembre del 2022 desechó un texto repleto de excesos y muy distante de nuestra identidad. Fue al mismo tiempo un rechazó a la forma, y otra vez excesos, en que como una mayoría circunstancial intentó refundar las bases de nuestro Estado. El 12 de diciembre de ese mismo año la gran mayoría de los partidos con representación en el Congreso firmaban lo que se conoció como “El acuerdo por Chile”. Era una nueva oportunidad para cerrar el proceso constitucional. Por cierto, fue resistido por algunos sectores que legítimamente preferían dar por acabado el proceso o bien promovían volver a preguntarnos por medio de un plebiscito de entrada si queríamos seguir en esta travesía constitucional. Lo cierto es que esta vez quienes fueron electos por los ciudadanos para representarlos hicieron valer su rol, y pese a la resistencia ya comentada, avanzaron en una nueva oportunidad para Chile. Estamos a pocos días que el Presidente Boric reciba la propuesta final que será votada el próximo 17 de diciembre. Y, por lo mismo, parece razonable preguntarse si este nuevo proceso estuvo a la altura del desafío encomendado.
Esta vez se aprendió del fracaso anterior. Se hizo todo muy distinto. No hubo Rojas Vade ni tías Pikachu, nadie votó desde la ducha, ahora sí se cantó (y con mucho orgullo) el himno nacional, se establecieron 12 bordes que si bien eran límites, estaban en línea con nuestra historia constitucional, hubo un grupo de expertos que prepararon un anteproyecto para no partir desde “una hoja en blanco” y al mismo tiempo se eligió a los consejeros bajo las reglas electorales tradicionales. Podemos afirmar que en la forma ha sido un proceso alejado de los escándalos del anterior. En el fondo, que es lo finalmente más importante, es posible ver un texto alejado del proyecto refundacional, y mucho más cercano al momento político y social que el país demanda. Las constituciones finalmente deben ser reflejo de su tiempo. Probablemente no será un texto que guste a todos, pero la verdad es que sería injusto pedirle imposibles.
En poco más de un mes, como país tendremos que decidir otra vez, y desde mi perspectiva haciendo un balance de lo vivido y lo leído, me quedo con la frase de la ex Presidenta Michelle Bachelet, recordando al gran Pablo Milanés ,”No es perfecta mas se acerca a lo que siempre soñé”.
Rodrigo Arellano
Vicedecano Facultad de Gobierno UDD
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