No es que no queramos

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SEÑOR DIRECTOR:

Las trayectorias de daño de niños, niñas y adolescentes a los cuales atendemos, se manifiestan en problemas de salud mental, consumo de drogas, conductas transgresoras, ente otras. Y no es que no queramos atenderlos, el sistema no entrega las condiciones.

Actualmente, Salud no responde como es debido a problemas asociados con cuadros mentales de niños y niñas; no existe una cuenta de la cantidad necesaria de psiquiatras infantojuveniles en el sistema público; se registra una importante escasez de camas de corta estadía para estabilización psiquiátrica o desintoxicación por consumo de drogas, y falta de respuesta de Senda para acceder a tratamientos por consumo abusivo de alcohol y drogas; se cuenta con una baja oferta especializada para adolescentes transgresores de normas o infractores de ley que, además, requieren atención en la línea proteccional; y faltan espacios de formación, permanente y con recursos asociados, para equipos que trabajan día a día en residencias, entre otras.

La culpa de la crisis no se la podemos delegar solo a Mejor Niñez; el Estado en su conjunto le ha fallado a los niños y niñas que están bajo su cuidado. No logro visualizar, en distintos espacios, a los otros garantes de derechos priorizando acciones y financiamiento, como lo señala el artículo 16 de la Ley de Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y Adolescencia. El trabajo con niños, niñas y adolescentes gravemente vulnerados en sus derechos es tarea de todos y todas: Estado, sociedad civil, empresarios y comunidad.

Erica Ponce Figueroa

Directora ejecutiva Fundación Niño y Patria

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