SEÑOR DIRECTOR:
Si bien no es usual que personas en la esfera pública deban revisar la esfera privada extendida de los y las trabajadoras para acreditar su idoneidad técnica, siendo esto contrario a derecho; ocurrido el caso, parece necesaria una reflexión.
Lo sucedido en el caso de Isabel Amor no solo es un atropello a sus derechos humanos, también ha implicado un perjuicio a su núcleo familiar. Evidente falta del Estado, quien afecta a una trabajadora y también vidas ajenas, todos refugiados en el proceso de Alta Dirección Pública.
No pueden borrar su trayectoria.
Desde el INDH Ñuble a SernamEG Los Ríos, 447 kilómetros y un hogar movilizado con el objetivo de iniciar un nuevo desafío aportando a que todas las mujeres de la región puedan ejercer plenamente sus derechos. Se suma a lo anterior un proyecto familiar, con un hijo en camino, siendo Valdivia el lugar en el que siempre pensamos maternar.
Quince años de trabajo en derechos humanos de Isabel para que por un hecho ajeno a su persona se le despida injustificadamente, afectando su honra, dejando a toda una familia a la deriva y en total abandono, invitándonos a desalojar nuestro bienestar, estabilidad económica y emocional.
No pueden borrar su trayectoria.
En este núcleo tenemos convicciones claras, hemos trabajado por un Chile más justo e igualitario con acciones concretas apegadas al irrestricto respeto de los derechos humanos. Tenemos consciencia de que representamos muchos casos invisibilizados de este país, por lo mismo, con total humildad digo, pueden intentar acallar a esta familia, pero no pueden borrar la trayectoria de Isabel Amor.
María José Valente Ferrán
Abogada, cónyuge de Isabel Amor
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