SEÑOR DIRECTOR:

Este 11 de octubre se celebró la Noche de Museos, una iniciativa del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio que invitó a la ciudadanía a visitar gratuitamente espacios culturales y patrimoniales en horarios extendidos.

La iniciativa promovió el entretenimiento y el vínculo de las comunidades con los museos y centros culturales de su territorio. Pero, ¿podemos esperar también que estas visitas hayan impulsado el aprendizaje en las y los participantes?

El debate sobre el papel educativo de los museos ha cobrado cada vez más relevancia. Sin embargo, su implementación no se visibiliza lo suficiente en la comunicación pública, lo que ha dificultado que la educación sea priorizada en muchos de estos espacios.

A pesar de ello, diversos estudios destacan el aporte de los museos al aprendizaje de contenidos relacionados con la temática propia de cada museo (ciencias, artes, historia, medio ambiente y otros), al desarrollo de habilidades de las más diversas áreas y a la valoración y conservación del patrimonio cultural y natural de nuestro país.

Asimismo, la visita a estos espacios contribuye a la formación de las personas a lo largo de su vida, promoviendo espacios auténticos de aprendizaje más allá del sistema escolar, en los que los intereses de cada visitante juegan un rol clave en el desarrollo de la visita.

Muchos museos carecen de los recursos suficientes para fortalecer y promover sus áreas educativas, especialmente para facilitar la inclusión de grupos que tradicionalmente han sido excluidos de estos espacios. Es urgente entonces contribuir desde el diseño y la aplicación de políticas públicas que valoren los museos como espacios de formación cultural, social, científica y artística de todas y todos. Para ello, se requiere contar con apoyo público y privado, y así cumplir de manera óptima su rol educativo.

Natália Cândido Vendrasco

Académica Facultad de Educación UC

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