Nubarrones en el horizonte

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Las perspectivas para la economía mundial se ven harto más complejas hoy que a comienzos de año. Hace seis meses, Estados Unidos continuaba creciendo, Europa parecía repuntar luego de casi diez años de cuasi estancamiento y China seguía adelante con un crecimiento de casi 7% anual. Las materias primas comenzaban a aumentar de precio, sugiriendo que los bajones desde 2013 estaban quedando atrás. Las bravatas proteccionistas de Trump eran, hasta ese momento, solo eso.

Pero el panorama ha cambiado dramáticamente. Las alzas en las tasas de interés de la política monetaria en Estados Unidos ya han cobrado varias víctimas, entre ellas, Argentina y Turquía, países cuyos gobiernos estaban muy endeudados con acreedores externos. Durante diez años de tasas internacionales cercanas a cero, muchos gobiernos y empresas se endeudaron con crédito barato para financiar déficits fiscales o proyectos cada vez más riesgosos. Los acreedores internacionales estaban dispuestos a tomar más riesgo.

Todo esto comenzó cuando la Reserva Federal intensificó su campaña de elevar las tasas de interés. Como en otras ocasiones, las fuertes entradas de capital de los últimos años a los países emergentes se han comenzado a revertir, y algunos países ya experimentaron fuertes salidas de capitales.

Se agregó la escalada proteccionista del Presidente Trump, dirigida a China, Europa e incluso a Canadá y México. Las represalias no se han dejado esperar y ahora Trump ha vuelto a amenazar a China y Europa con medidas más fuertes. De concretarse en acciones se desatará una guerra comercial que podría devenir en el fin de la expansión económica de los últimos años. La economía china es particularmente vulnerable, ya que es dependiente de las exportaciones. Y cuando China se desacelera, los efectos adversos sobre la economía chilena son fuertes.

Los precios de las materias primas ya acusaron el golpe. El cobre sufrió una fuerte caída desde US$ 3,25 la libra a comienzos de 2018 a US$ 2,72 en la actualidad. Solo el precio del petróleo ha aumentado sustancialmente por el abandono del acuerdo con Irán por parte de Estados Unidos. Para una economía como la chilena (exportadora de cobre e importadora de petróleo), el efecto se deja sentir en el tipo de cambio. El precio del dólar ha trepado un 10% desde comienzos de año.

Esto significa que los riesgos de una nueva recesión, junto a una nueva crisis financiera centrada en los países emergentes, no pueden descartarse. Chile debe estar preparado, en el corto plazo corrigiendo su desequilibrio fiscal, y en el largo diversificando exportaciones y mercados.

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