Nuestras ciudades en la COP26
Por Pablo Allard, decano de la Facultad de Arquitectura UDD
En estos días se celebra en Glasgow la 26ª Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, y por primera vez las ciudades tendrán un rol protagónico. La coalición #BuildingToCOP26: hacia regiones, ciudades y un medio ambiente construido resiliente y cero emisiones, compuesta por organizaciones como el World Green Building Council, Ciudades C40 y la Alianza Global para la Construcción y Edificación, impulsarán la convocatoria Race to Zero, para que al menos 1.000 ciudades y el 20% de las principales empresas proveedoras de la construcción se comprometan a reducir sus emisiones a cero en 2050.
¿Por qué es relevante esta meta? Las ciudades consumen el 78% de la energía y generan el 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global. Y solo ocupan un 2% de la superficie del planeta. Esto significa que ellas son el principal atajo para reducir emisiones de CO2, fomentando la eficiencia energética e hídrica y la descarbonización de nuestra matriz. Solo los edificios son responsables de casi el 40% de las emisiones de carbono relacionadas con la energía y el 50% de todos los materiales extraídos a nivel global.
Aunque nuestras urgencias están en enfrentar la pandemia y la crisis económica derivada de las cuarentenas, la crisis política y fiscal, la evidencia científica y los costos de no adaptarnos al cambio climático hacen necesario adoptar estrategias de reactivación con la mirada en el Chile sostenible que queremos construir. En este sentido, destacan una serie de anuncios y compromisos recientes que ha hecho nuestro país.
La semana pasada se anunció la actualización de la Política Nacional Energética (PEN), uno de los puntales con que nuestro país se ha comprometido a abordar sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional o NDC, como se conoce a las metas establecidas por Naciones Unidas para la reducción de emisiones, que deberán ratificarse en la cumbre de Glasgow.
Entre las ambiciosas metas de la PEN destacan: combatir la pobreza energética con el acceso a electricidad en el 100% de los hogares chilenos al 2030, y eliminar la contaminación intradomiciliaria en el 100% de los hogares con acceso a energía limpia al 2040. En cuanto a las edificaciones, que al 2030, el 100% de los edificios públicos tengan consumo de energía neta cero, y que el 100% de las edificaciones privadas lo sean al 2050.
Si estas metas parecen ambiciosas, las más visibles están en el transporte, que en el caso chileno constituye un tercio de la generación de gases de efecto invernadero en el país. Las metas planteadas por la Estrategia Nacional de Electromovilidad son: que al 2040, el 100% del transporte público urbano será eléctrico; al 2035, el 100% de los vehículos nuevos que se vendan en Chile serán cero emisiones, y con ello al 2050 llegaremos a que el 60% del parque vehicular de nuestro país será eléctrico.
Sin duda la COP26 nos plantea metas ambiciosas y complejas, pero nos mueven de la adaptación hacia la acción, y nuestras ciudades serán clave en ese cambio.
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