Nuevas residencias familiares, promesas incumplidas



SEÑOR DIRECTOR:

Como colaboradores del Estado en la protección de la niñez y adolescencia vulnerada, valoramos el nuevo modelo de Residencias Familiares, pero vemos serias dificultades en su implementación, especialmente con un sistema que opera al límite.

Si bien el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia anunció un incremento en los recursos de las nuevas licitaciones, son insuficientes ante las nuevas exigencias. Por ejemplo, duplicar el número de educadores por residencia es una buena medida, pero no tiene el financiamiento necesario. ¿La sociedad civil debe seguir subsidiando este déficit? Muchas organizaciones no tienen otros aportes para cubrir estos costos extras, por lo que sin un plan de transición, su continuidad está en riesgo, así como el bienestar de los niños.

Además, el nuevo modelo sigue sin abordar integralmente las necesidades de los niños, niñas y adolescentes. Las residencias no solo requieren educadores, sino también encargados de salud, educación y administrativos. Ignorarlo perpetúa un sistema que no funciona.

Chile necesita que todos los niños y adolescentes puedan sanar sus heridas, pero debemos enfrentar con seriedad la crisis que afecta a las residencias: sobrecupos, equipos sobre exigidos, insuficiencia de recursos. Un nuevo modelo no es suficiente si no permite financiar lo que exige. Aún podemos hacer las cosas bien, no desaprovechemos esta nueva oportunidad.

Lisette Allende, Fundación María de la Luz

Teresa Izquierdo, Misión de María y Aldeas Cardenal Raúl Silva Henríquez

Érica Ponce, Fundación Niño y Patria

Daniela Vergara, Corporación Crecer Mejor

Coordinación Mesa de residencias

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